COPLA XXI

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“Coplas de orilla” ya está distribuido en las librerías de Villa Gesell y Mar del Plata. Ahí lo dejo, podéis adquirirlo. (Un buen regalo para colgar el árbol de navidad o de cualquier otro árbol). Va como despedida esta copla erótica, amniótica e hipnótica (eso espero), con final poético/gastronómico. En la imagen, un fragmento del manuscrito original. ¡Abrazo!

XXI

(Celebra a su amada y el arte de la cocina)

Bajo tu falda sobre tus muslos entre tus tetas con la eterna luz de tus pezones en

el aura de tu sauce frondoso llegué acá perdiéndome recostado campo estrella

de tu espalda tibios rincones húmedos valles blandos pastos palpitantes

olas rojas dientes que ríen orejas de navegar lóbulos de miel nieves cánticos cai

reles que rondan por tu pelo pecas sésamos tostados maníes cortezas de tu nuca

descubierta sorprendidamente dada nalgas disponibles piernas de buscar alturas

nervaduras dorsales que emiten pájaros invisibles vocacionales afectuosos

plumas de abrazar palmas de nidos dedos llegando yemas terrosas permeables

tránsito de frutos semillas tallos florecidos enramadas uñas pies de alcance sub

terráneo caminos que me llevan rodillas mis almohadas un pedazo de mar con ese

caracol encontrado en el fondo buceando con tus ojos entre algas piedras pulidas

pequeños peces grises reconocidos al tacto fugaces veloces livianos perseguidos

omóplatos remos que usé para cruzar para volver a pisar las orillas tobogán que

fluye con facilidad con deseo con aceptación hacia el centro de tus colas y más a

bajo el deseado abismo que piensa me razona mejor ilumina la lógica mi filo

sofía barre los agujeros redondos de la metafísica cultivada largamente días

años siglos desfiladero vértigo torbellino licuadora de palabras recuperadas para

los nacimientos la tierra los primeros primarios latidos korá semiótica dicen

será para cagarse de risa para ponerle nombre nombrar nombrar nombrar dulce

fatigoso instrumento quién dice yo me quedo en esta trinchera respiro carda

momo menta jengibre de tu lengua limón azúcar recorro tu masa intestinal ro

sada encharcado sapo de tu ombligo torpe iluminado pienso con los

brazos el corazón las vísceras me hablan despacio cada noche al despertarme

dicen dicen cuentan cuentan algo que viene de tu respiración de cuán lejos y cerca

tanto interno celular hospitalario rumor constante lúcidos sonidos llegan y

cruzan el cerco de tus dientes poemas del cuerpo sabio eternísimo sostén

qué dice qué dice la respiración qué diccionario rápido traduce escucho con

los oídos de las venas traduzco nada no tengo el idioma es un lenguaje de señas

silencioso gestual interpreto sueños no salí todavía ni siquiera a respirar

estoy aquí enterrado almeja que sorbe por sus dos cuernos estirados hasta la su

perficie abajo abajo al amparo de tus pantorrillas alga enredada atado con

mil sutiles hilos transparentes fíjense que ni siquiera comencé a lenguar a señalar

oigo los sonidos de la calle Lejísimo huelo a cilantro a canela es ella

que respira al fin salí a correr a nadar en el mar a jugar al fútbol con un

sobrino a comprar a tomar café con diarios medialunas crucé muchos

puentes pasaban trenes barcos automóviles debajo de mis pies un carro tirado

por caballos por la calle Gorriti parecía un sueño del pasado del

suburbio que no quiere morirse ella camina alta esbelta jirafa de

andar pausado ritmo ojos parpadeando al séquito de nubes que la sigue

voy en procesión ensimismado en ella mordiéndole el talón me crecen las

alas de Hermes levantamos vuelo llevamos los mensajes de Zeus a

insólitos rincones de la tierra caprichos de los dioses olímpicos bajan lí

nea aquí y allá míseros mortales escuchan reciben azorados los designios

tal vez esta sea confieso una primera idea de hoy un pensamiento

por qué vino quién lo invitó no puedo saberlo estoy aquí respirando interminable

mente menos mal flanqueado por mis límites la piel el órgano más extenso

del cuerpo ese barro verdad es que no alcanza la vista para recorrerla es

como el cielo interminable o mejor inabarcable quién sabe hasta dónde llega

alcanzo a sentirla en toda su extensión aunque no la vea la palpo hay que

bajar los párpados dejarse llevar subo lentamente por su falda por adentro tela

rugosa textura agradable fácil de recorrer entro en las llanuras doradas

de pelo podría ser vello bello mejor cruzo esos desiertos sediento hay o

asis por todas partes así es ella aún cuando duerme está en entrega

suben y bajan sus costillas arcos elásticos de jugar abrazarlos voy a veces

de visita como un niño golpeo las palmas hacemos una ronda una

guerra también de jugando intensa encendida llameante cansadora re

vitalizante aroma de especias que parecen salir salen de los poros los

gemidos es curioso divino oler cuándo cómo se mezclan con la transpira

ción fluidos olores parecidos a la sangre un mismo torrente quieto sus

pendido en el aire puedo sentarme ahora reclinarme en la reposera de

sus párpados fumar un habano entrelazar sus dedos con los míos ver como

sus vértebras dibujan una cordillera que atardece empinada hacia el fir

mamento más fresco más alto límpido sin nubarrones apoyo la yema

de mis dedos viene de allí un reflujo de antiguo mar cuenta

cosas fantásticas dibuja un antiguo delfín con temible dentadura

el ictiosaurio escucho es una clasificación un modo de ordenar esa

forma ya extinguida un paisano encontró sus restos cerca de Malargüe

creo que tuve recién una reminiscencia los poetas hablan de sus recuerdos

y al parecer evocan experiencias vividas y las vuelcan en sus poemas

este animal prehistórico acaba de llegar ustedes lo vieron pasó delante

nuestro es verdad igual a los delfines amables simpáticos que

conocemos pero mete miedo te la regalo era otra época otra era ella

no dice nada sobre este tema prefiere preparar mate está buenísimo la

mañana un poco gris yo sacándole punta al lápiz y oyendo el desliza

miento de las palabras que empujan mis uñas mi mano un poco dolori

da el cuello los ojitos que se aduermen pero todo va sin prisa es un

negocio extraño tengo algunos socios que no conozco pero me dictan con

amable autoridad exigen con una sonrisa cocineras chinas acaso las

musas sean como ellas silenciosamente preparan el alimento recitan un rito

inaudible susurro sobre las zanahorias los zapallitos los pepinos así es laboran

muy en secreto mientras todos duermen o caminan o usan el baño las

dos hacen una danza curiosa sobre la mesada blandas mariposas giran

intercambian pasos de un baile remoto milenario caen en las ollas

las jarras las licuadoras vuelan hierbas fuertes aromas pintados con

todos los colores torbellino mareo van entramando materiales jugos

los hacen uno los incendian de rojo de verde las lenguas se deliran

las gargantas aúllan de un placer olvidado recuperado así son las

diosas pequeñas vienen de visita te hacen correr sin pausa por los ren

glones invisibles gastronomía poesía ciruelas fiestas celebrando placer

el cuerpo engalanado para alimentarse fuegos estrofas que se extinguen rá

pido pero qué gusto da cómo nos empuja a la repetición arder

apagarse arder otra vez y enfriarnos reposar hambre sed qué bendición

cuántas formas a nuestro alcance para combinar llevar a su punto de

éxtasis triturarlas hacerlas nuestras un trabajo de siglos de millones las

pizzas de Sergio un dios hindú de ocho manos pleno sobre los hornos

las masas redondas las salsas lavas en las cacerolas magia magia de los

días y aún aún gastarse hacia delante repetir repetir acumular para

morirse al fin en la hamaca paraguaya de un abrazo pleno de ajíes

que te amaron y se fueron veloces aguijón afirman duele pero te

gusta pica arde los ojos llorosos qué paradoja dame otra porción

de esa picante que vuelvan golondrinas mafia china a cocinar estoy ya

listo para salir a oler los aromas de la calle qué mundo éste se

parece al de ayer será otro será igual al de mañana repetir re

petir mientras vamos muriendo yo acá muy mimado entre polleras

universo casi completo vía láctea muchos soles noches días de respirar.

 

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