Duermo arrullado en mí
sapo inflamado de voces
y todavía no te busco.
Será cuando rompa el cerco
donde estoy ahogándome
donde estoy muriéndome
en un mar de palabras
brillantes como piedras
de la montaña celeste
que se desmorona mientras
el desfile de los muertos
pasa y es antiguo y viene de muy lejos.
Respiro entre las ruinas
y en mi propio silencio
me sostengo y soy libre.
(adelanto del libro «Rosas del desierto»)
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