Poemas 4 y 15

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Rosas del desierto

(lecturas de Lili Tobio)

4

Avergonzado bajo hasta la orilla

a mojarme los pies desnudos

gastados por la espuma de los días

como las piedras y los caracoles.

 

Me rodean bichos muertos

y un pequeño escorpión agonizante

donde el mar ha dejado sus venenos.

 

Dejo mis huellas

y espero con mis ojos

a que las borre el agua.

 

15

Vivo como en los viejos inviernos

reina la acacia de fibras torcidas

y aunque es el otoño ya se huele

un silencio largo que solo rompe el mar.

 

Iguales son las ramas y los huesos

nubes de humo sobre lentos hogares

médanos sembrados de pastos solitarios

y grandes casas yacen solitarias.

 

Vuelvo a ser el niño que flota

recostado bajo un frondoso pino

y mira entre las ramas las estrellas

el que vuela descalzo hacia la orilla.

 

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