Poesía y gastronomía II

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La segunda parte del encuentro del domingo 24 de octubre en La casa de Antonia.

Poemas leídos por Bonnie Favelis:

De mi libro: “La belleza del mundo”:

Racimos de uvas en la barba

para que comas con tu boca hermosa

y se hagan dos cabezas de una

de fusión en la sed interminable.

Gozo de la cuarentena de cien días

repetir la  tormenta bienvenida alza

desde las tripas la soga de trepar

a un paraíso conocido y nunca visto.

En columpio que quiere volver a jugar

lenguas chupadas succiones indecibles

rastros huellas de un siempre volver

siempre nacer y repetir la estrella.

*

Los labios del mar tiemblan al atardecer

y nosotros permanecemos enlazados

durante años de amorosas algas

rodando en el lecho marino.

Tiembla el oleaje y se oscura

su vibración nocturna, pero nosotros

brazos de pulpos enlazados

en amor constante circulamos, abajo.

Nos llegan los ecos del temblor de orilla

cuando la luz se apaga en el oeste

pero ya quedó en nosotros el sol, el brillo

bajo el peso total del gran océano.

*

¿Qué es el hombre?

Entonces el hombre dijo, soy hermoso, soy perfecto, tengo un secreto.   Y fue lluvia… «La lluvia tiene un vago secreto de ternura».  García Lorca. «El hombre es agua», bonnie favelis.      ¿Qué es el hombre?      Infinitud de estancias y de Musas pintura singular de permanencias pentagrama inmaterial de la inconclusa arcano ángel de sabor y de esencia el hombre es fuego emoción de austeridad y misterio de la impura razón en sustantivo tramo errabundo del amor no serio taller áspero indigno y posesivo el hombre es luz. ¿Qué es el hombre? Dialógico el himno Inmortal es lo alto empezar la razón es Platón república fatal en discurso del ser y del son el hombre es niño minotauro en el incierto mito Límite de Baudel aire buscando a Dios Adán y Garcilaso en un despierto grito son la nada terrestre sin voz El hombre es camino.

Ordenado en lo cósmico y silente guía y maestro, carro de epopeyas. Contrapunto veloz de la durmiente volver anónimo al oficio de la huella.       

El hombre es palabra. Ruta nocturna de plata y de maizales niño que lame el hambre de la herrumbre. Querer volver a tiempos siderales  y confundirse entre la muchedumbre. El hombre es número. ¿Cómo es la historia que ahora te sostiene? ¿Cuál es el arte que te designa hombre? ¿Dónde está el árbol de frutos que devienen? ¿Quién es el cruel que enmudece tu nombre? El hombre es viento…      Un semáforo de puro acostumbrado alcanzó tu estancia en armonía, alteridad de sinónimo alambrado, porque de alambre es toda tu poesía.  El hombre es volcán. ¿Qué es el hombre? Es la creciente.  ¿Solo así he de irme? ¿Cómo las flores que perecieron ? ¿Nada quedará en mi nombre? ¿Nada de mi paso acá en la tierra? Al menos flores, al menos cantos.  (Cantos del Huexotzingo)

Bonnie Favelis

*

Poemas leídos por Graciela Vergel:

De “La belleza del mundo”:

7

…estrictamente hablando, mar, estamos solos

en este raro multiverso que

ni mis ojos ni los tuyos abarcan.

Mis lentas pupilas no vislumbran más que resplandores

fugaces, tus espumosas olas son gemidos

mínimos en el cosmos, arrogante fuerza aquí

pero en la vía láctea pequeña que habitamos

tu ruido no llega a oírse muy lejos.

Entonces solo nos queda encontrar el silencio

hacia el amor, aceptar al doliente y que

tu respiración y la mía sean música.

*

Amaneceróloga

En la cuarentena fui ésa

 que aprendió amaneceres

madrugaba el insomnio como función trasnoche.

Nimbus de pececitos y en el mar  chimangos.

Naranjín, limoncello:

Me hice una voyager cítrica

que  iba copiando estrellas

y  el agua era un incendio

y un escándalo, Febo.

Bien arriba del mundo un paisajista loco 

derramaba adjetivos

e iba soñando  pájaros de salmón  o de acero.

Eran pájaros, creo,

o timoneles rotos deshojando  plumeros.

Y la bruma en la bruma

y el Marcielo en el cielo.

En la cuarentena  me escapaba en pantuflas

a capturar mandalas que

 trazaba María

con su compás concéntrico 

¡Caramelo de oro, medalloncito/huevo,

abanico de fuego!

Me volví una archiPiélaga

temblorosa, una náufraga;

el mar mi concubino

efímero y eterno.

Fui una  amaneceróloga del celaje en espejo.

Y el oleaje en lo suyo y la noche en su duelo.

En la cuarentena fui ésa que aprendió amaneceres:

Ésta que soy ahora 

puede  ver el mar  con los ojos cerrados

pero  a los OjiVersos

los quiero bien abiertos.

¡Me urgía el poncho dulce de tu pecho!

No es que deseara tanto,

solo tu abrazo de mamut.          

Tu abrazo de angora y gamulán,

tu tronco de cacao, alforja, asilo pectoral.

¡Me urgía el poncho dulce de tu pecho!

Solo deseaba el plumón de tu pulmón

ese país abdominal, leño y brasero,

mi guindado, acorazado de budín,

tambor de azúcar.

Sí, lo deseaba

para seguir esdrújula,

anaranjada, llana

cítrica u onírica, de guardia

en cada geometría de la aurora

entre los labios de la noche

y los cardúmenes del agua.

No es que deseara tanto:

Cuarentena mediante

te esperaba.

Graciela Vergel

*

Poemas leídos por Flor Ramirez (Mariposa Blues):

De “La Belleza del mundo”:

4

Cuando el otoño deshoja el liquidámbar

mi daimon me invita a recostarme

tan amable ante la abrumadora

sencillez del milagro revelado.

Mirar un cielo ocre que murmura

no hacer nada junto al mar o no hacer

nada en la ciudad

solo cerrar los ojos y ver el infinito.

*

La inspiración llega a este cuarto húmedo.

La ventana abre ventanas a mis ojos.

Algo muere por debajo de la cama.

La oscuridad que me complota.

Estoy sentada frente a mis prendas.

Que necesito que prendas?

El fuego que hay en mí silenciado.

Un abrigo

Un calor.

Me gusta mirarme así ..

Eligiendo.

Y esta era yo…

Desnuda sintiendo mí cuerpo.

Flor Ramirez (Mariposa Blues)

*

Poemas leídos por Hernán:

De “La belleza del mundo”:

1

Mármoles, arenas y peces triturados

no me dan tregua, mar:

¿por qué te cansas golpeando mis rodillas?

¿no ves que soy más fuerte

que vos, que te agitás

en esa taza cósmica mal llamada “océano”?

En cambio yo estoy aquí sostenido y pronto a disolverme

para que no puedas romperme ni alcanzarme.

Sin embargo mientras viva quiero darte todo

porque me embriagan el olor a peces y a tierras lejanas

que traes en tu espuma.

*

Luego de estas lecturas, Gustavo Zaldivar nos dejó algunas consideraciones sobre la relación entre el Psicoanálisis y la poesía. Les paso el texto que leyó, mechado con comentarios y alusiones del momento:

“Lacan precisó que los recursos del psicoanálisis están tomados de la poesía. Luego agrega, que si el analista es poeta el sujeto puede convertirse en ese personaje esencial que es el vacío que circula por el poema”.

Esta afirmación nos remite a una idea de la interpretación Lacaniana que es diferente a la interpretación Freudiana. Esta es esencialmente una traducción del inconsciente, leyendo en los sueños, los lapsus, los chistes el sentido sexual que puede descifrarse como un mensaje cifrado.

La interpretación Lacaniana va más allá del sentido sexual, apuntando sus intervenciones a una concepción del inconsciente que tiene que ver con que no hay un contenido último, más bien lo que hay es un vacío que nos habita y nos interroga permanentemente. Nos convoca a buscar algo de nuestro deseo, que no es universal, de nuestro deseo singular, que es lo que nos pasa a cada uno en relación al cuerpo, al goce, a los vínculos, a nuestras identidades y a nuestros afectos, a nuestros ideales, a nuestros valores y nuestras búsquedas. Y ahí la verdad que se pone en juego es una verdad que tiene que advenir dando la palabra y dejando que ese vacío hable. Que es todo lo contrario a lo que hace un psicólogo interpretando y diciendo que lo que a usted le pasa es esto por esto y por lo otro. Entonces ahí hay que callar y entregarse a la experiencia poética de lo que es un análisis, al silencio, al mediodecir, hacer de oráculo, hacer resonar, y dar la palabra al analizante para dar lugar al fallido, al lapsus, al malentendido, a las historias plenas del goce de hablar, empujadas desde el narcisismo, narrando los laberintos del deseo.  Y bueno, y eso está a la orden del día si nos ponemos a hablar, enseguida sucede.

Estamos entonces en una concepción del lenguaje que el psicoanálisis toma, de Román Jakobson        ( Lingüística y Poética)  , donde no hay un referente, no hay un código para explicar toda la experiencia humana, y que cada significante produce un sentido en relación a otro significante y ya no con un significado único, entonces el inconsciente es esa experiencia del hombre con el lenguaje que lo remite a un permanente desencuentro con el sentido último de todas las cosas.

Al respecto dice Miller, “Solo hay algo nuevo en el significado, cuando hay algo nuevo en el significante. Aquí los que nos informan no son los especialistas en la comunicación, son los poetas, los escritores, y también los poetas espontáneos que son los analizantes cuando no se les impide en nombre de una teoría preestablecidas dar libre curso a sus invenciones significantes.”

“El descubrimiento del Psicoanálisis es que el lenguaje transforma al individuo humano hasta en su cuerpo, en lo más profundo de sí mismo, que transforma sus necesidades, que transforma sus afectos”. No hay más que acordarse de aquella peli “Il Postino” para dimensionar lo que estamos diciendo, para corroborar el poder de una metáfora.

Allí, en esta dimensión del lenguaje, se encuentra la esencia de la experiencia del análisis y creo que en gran medida la experiencia poética. Espero haber podido decir algo que tenga alguna resonancia por lo menos en ustedes.

Gustavo Zaldivar

*

Poesía leída por Gaby para invitar al brindis:  

Lekeitio

Que significa

Lo que nos une

Hoy, aquí, en el mar en todo

Lekeitio, la poesía lo

que nos une.

Cazón cazado:

Viajando hacia la

gastronomía.

Sumergido en un agua fría

cazón, vértebra y

poesía

sobre esta balsa de berenjena

a tí, cazón,

que te han hecho

cazuela.

Nadas sobre un mar

verde de repollo

y a un costado un

corcho,

como si fuese una

botella

guarda los secretos

de ti, que eres esta

receta.

Cazón, que del mar

haz zarpado

en mí tu huella haz

dejado

cazón cazado:

eskerrik asko:

¡gracias!

Gaby Di Stéfano

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