La poesía y las inolvidables canciones del juglar de Villa Gesell volvieron a encontrar voces y resonancias en una suerte de ritual de fogón: pura memoria e identidad geselinas.
Fue en el Centro Cultural Pipach, sede de la Secretaría de Cultura de Villa Gesell, el domingo 13 de octubre.
A pocos días del primer aniversario de la desaparición física de nuestro querido Carlos Barocela y en el marco de La Poesía y el Mar de Aníbal Zaldívar, se leyeron sus versos y se entonaron esos temas musicales que nos enamoraron y con los que muchos nos enamoramos también.
Sobrevoló en el Pipach una grata nostalgia, un clima dulcificado por la hermosa voz de la cantante Irina Lucero y Aníbal en guitarra.
Qué sería de los poetas sin la melancolía. Qué. Claro que anduvo flotando por allí. Pero fue una melancólico placentera, la de un nuevo reencuentro, cerquita del mar y al anochecer a la hora del viento y las nostalgias. Reencuentro del alma melodiosa del trovador Barocela y de su amigo, el poeta Zaldívar.
Estoy segura: habrá un cuarto, un quinto … otros
homenajes a don Carlos Barocela. Porque siempre estará despierta su impronta en la «Villa Dormida».
Graciela Vergel
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