¡La poesía y el mar 7° encuentro!

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Segunda parte de los poemas y textos que leímos el sábado 13. ¡Hasta el sábado 20!

Gustavo Zaldivar nos dejó algunas consideraciones sobre la relación entre el Psicoanálisis y la poesía. Aquí una síntesis de lo que dijo:

“Lacan preciso que los recursos del psicoanálisis están tomados de la poesía. Luego agrega, que si el analista es poeta el sujeto puede convertirse en ese personaje esencial que es el vacío que circula por el poema”.

Esta afirmación nos remite a una idea de la interpretación Lacaniana que es diferente a la interpretación Freudiana. Esta es esencialmente una traducción del inconsciente, leyendo en los sueños, los lapsus, los chistes el sentido sexual que puede descifrarse como un mensaje cifrado.

La interpretación Lacaniana va más allá del sentido sexual, apuntando sus intervenciones a una concepción del inconsciente que tiene que ver con que no hay un contenido último, más bien lo que hay es un vacío que nos habita y nos interroga permanentemente. Nos convoca a buscar algo de nuestro deseo, que no es universal, es singular, que es lo que nos pasa a cada uno en relación al cuerpo, al goce, a los vínculos, a nuestras identidades y a nuestros afectos, a nuestros ideales, a nuestros valores y nuestras búsquedas. Y ahí la verdad que se pone en juego es una verdad que tiene que advenir dando la palabra y dejando que ese vacío hable. Que es todo lo contrario a lo que hace un psicólogo interpretando y diciendo que lo que a usted le pasa es esto por esto y por lo otro. Entonces ahí hay que callar y entregarse a la experiencia poética de lo que es un análisis, al silencio, al mediodecir, hacer de oráculo, hacer resonar, y dar la palabra al analizante para dar lugar al fallido, al lapsus, al malentendido, a las historias plenas del goce de hablar, empujadas desde el narcisismo, narrando los laberintos del deseo. Y bueno, eso está a la orden del día si nos ponemos a hablar, enseguida sucede.

Estamos entonces en una concepción del lenguaje que el psicoanálisis toma, de Román Jakobson      (Lingüística y Poética) , donde no hay un referente, no hay un código para explicar toda la experiencia humana, y que cada significante produce un sentido en relación a otro significante y ya no con un significado único, entonces el inconsciente es esa experiencia del hombre con el lenguaje que lo remite a un permanente desencuentro con el sentido último de todas las cosas.

Al respecto dice Miller, “Solo hay algo nuevo en el significado, cuando hay algo nuevo en el significante. Aquí los que nos informan no son los especialistas en la comunicación, son los poetas, los escritores, y también los poetas espontáneos que son los analizantes cuando no se les impide en nombre de una teoría preestablecidas dar libre curso a sus invenciones significantes.”

“El descubrimiento del Psicoanálisis es que el lenguaje transforma al individuo humano hasta en su cuerpo, en lo más profundo de sí mismo, que transforma sus necesidades, que transforma sus afectos”. No hay más que acordarse de aquella peli “Il Postino” para dimensionar lo que estamos diciendo, para corroborar el poder de una metáfora.

Allí, en esta dimensión del lenguaje, se encuentra la esencia de la experiencia del análisis y creo que en gran medida la experiencia poética. Espero haber podido decir algo que tenga alguna resonancia por lo menos en ustedes.

***

Simónides, fragmento 6:

Dijo una cosa muy bella el poeta de Quíos:

“Como brotan las hojas, igual se suceden los hombres”.

Pocos son los mortales que prestan oídos

y guardan en su corazón la sentencia; y es que en todos vive

la misma esperanza, que prende en el pecho del joven.

Mientras goza un mortal de la amable flor de sus años,

tiene el ánimo leve, y discurre imposibles.

No espera que habrá de venir la vejez y que debe morir,

Ni, mientras tenga salud, repara en el morbo”.

(Lectura de Marcos Ruvituso, con fragmentos en griego y comentarios)

***

Horacio: Oda 11

Tú no indagues –vedado está saberlo- qué fin a mí o a ti,

Leucónoe, los dioses quieran darnos, ni sondees los números

Babilonios. ¡Vale más aceptar aquello que ha de ser!

Ya sean muchos inviernos los que Júpiter nos conceda, o el último

éste que vemos contra opuestas rocas quebrantar el oleaje

tirreno, sé sensata, filtra el vino y a un breve espacio ajusta

esa larga esperanza. En tanto hablamos, habrá huido envidiosa

la edad: consecha el día, y no confíes mucho en el que vendrá.

(Lectura de Arturo Álvarez Hernández, con fragmentos en latín y comentarios)

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Dividendos del silencio

 

¿Qué puede escuchar un oído

cuando se apoya en otro oído?

 

La ausencia de la palabra

es un largo signo menos

que se desprende de su cifra.

 

El color es otro modo

de reunir el silencio.

La forma es un espacio distinto

que presiona al otro espacio

como si fuera una cáscara.

 

Un pájaro retrocede

ante un sol cuadrado y negro

y se para al revés sobre el alambre

donde calla un pensamiento.

Y el pensamiento retrocede a su vez ante el pájaro

como la goma de una honda

que arroja proyectiles de silencio.

 

Un pez enloquecido

desparrama el corazón del agua/

en el centro del hombre

y allí abre el espacio

donde puede nadar

el silencio del pez,

su acrobacia de ausencia.

Roberto Juarroz

Aporte de Graciela Vergel, poema que quedó pendiente de lectura!

***

Tiempo del hombre (frag)

Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.

Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui la madera.

Atahualpa Yupanki

(Leído por Amalia Forte Marmol)

***

Yo sé que existo

porque tú me imaginas.

Soy alto porque tú me crees

alto, y limpio porque tú me miras

con buenos ojos,

con mirada limpia.

Tu pensamiento me hace

inteligente, y en tu sencilla

ternura, yo soy también sencillo

y bondadoso.

Pero si tú me olvidas

quedaré muerto sin que nadie

lo sepa. Verán viva

mi carne, pero será otro hombre

—oscuro, torpe, malo— el que la habita…

Angel González

(Aporte de Lili Tobio, pendiente de lectura el sábado!)

***

Va el archivo de los sonetos de Shakespeare, lectura y traducción de Miguel Angel Montezanti

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