Cuarentena y flores: dos con camelias

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Yo también doy el tono

el sapo la ruda melancolía

la rana su festejo.

 

También quiero estar solo

con mi cuerpo

y abundar luego

en el otoño final

en el frío atardecer

con las camelias.

 

Nieve ardiente

el universo pasa y toca

su melodía impecable entre los pétalos:

lo que nadie esperaba que ocurriera

tan cerca del invierno.

*

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Isla entre océanos, el continente flota

sostenido por su raíz de piedra

y el néctar que nunca probé se ofrece

en esta brisa de náufragos inmóviles.

 

Es claramente un gesto amoroso de la noche

el desvarío en la oscuridad de las estrellas

la manta que no tapa los pies

la cabeza que sale a respirar silencio.

 

Hasta los seres que amamos navegan

como fantasmas y con un parpadeo

se van descalzos a la luna, solitarios,

llevando en sus ojos nuestro amor.

 

Fuerza y valentía empujan tus pasos

en el bosque quemado y las cenizas

las camelias frías fulguran en el suelo

con sus bellas cabezas cortadas.

 

Así afrontan el invierno que llega

mientras avanza a remos esta isla

de costas interminables a tu mirada

y tu valentía es tu mástil y tu vela.

 

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