Las 45 sillas de la Casa de Antonia estuvieron ocupadas en su totalidad… cartón lleno para la presentación de este libro en Villa Gesell, en el comienzo de una «gira mundial» que seguirá en la C.A.B.A. y en Adrogué. Gaby Di Stefano dio la bienvenida en nombre de la casa, Mariel Galarza me presentó, con la formalidad de los datos biográficos y laborales, y luego brilló contando cómo trabajó en estos últimos seis años con mis poemas, novelas y relatos, para trasladarlos a su propio lenguaje de artista visual y plasmarlos en los arte de tapa. Y fue mostrando «El mar en todo», «Coplas de orilla», «Relatos de viaje y otros naufragios», «Rosas del desierto», las novelas inéditas «El rumor del agua» y «La música del mar». Sumados a «Deshojamiento» suman siete libros… Mariel explicó las motivaciones y sensaciones que tuvo con cada uno de los trabajos. Luego leyó algunos poemas, entre ellos el que transcribo a continuación, uno de nuestros favoritos:
Que no se haga el solo ese hombre
rodeado de aire y respirando
que no se haga el muerto
perdidas las ganas de vivir
que no se haga el hermano del hambre
así de bien alimentado como luce
que no se haga ni siquiera el desnudo
aunque no sepa más con qué vestirse.
Luego hice mi ponencia, que no voy a comentar, y en tercer lugar el escritor y amigo Daniel Martínez Rubio leyó su propia selección de poemas, con su voz que siempre delata su condición de salteño. Una voz vigorosa y con una tonada elegante y solemne, llena de gracia. Muy agradecido por su participación, que vino a reemplazar a otro Daniel: el amigo, guardavidas y tanguero Scarpellino. Sorpresivamente, tuvo una descompostura y no pudo participar de la presentación, tal como estaba anunciado y programado. Desde el hospital de Pinamar, donde estuvo internado el domingo en recuperación, me mandó disculpas, saludos, y una foto que atestiguaba su estado. Por suerte fue una descompostura pasajera. Y me mandó también los poemas que había elegido para leer. Una selección que denota una lectura detenida y sentida. Un maestro!! Los transcribo aquí tres de ellos, para completar lo que quedó pendiente, con un enorme agradecimiento para él:
Todo el tiempo al corazón
para que hable:
caracol vaciado
con los ecos del mar
que recuerden todavía
que repitan ahora
el rumor sin lejanías.
Espiral que no comienza
ni termina…
***
Elijo morirme lentamente a tu lado
y no como los héroes.
Eso prefiero.
No soy tan cobarde para morir de un golpe,
para huir de cada día y su batalla.
Del amor que lento crece.
De la muerte dulce
y silenciosa de los árboles.
***
Qué flor da vueltas, qué bullicio en la nada?
Otoño sin fin de letras húmedas
alto gozo el decirte
un abrazo que cae y otro
en esa fragua íntima ilusoria
dan vueltas sonoros mudos en la luz
pétalos y pétalos y una lluvia al sol.
Tritura el perro el hueso
y el tesoro de tener el silencio
en la huerta huerta y cultivarlo
cada uno en su sed
en su agonía cada ser.
Llega el coro de palomas y el oleaje
y me voy también me fui
en este canto.
Por último Pato leyó el poema que me dedicó… Es la primera vez que incluyo un poema ajeno en uno de mis libros… pero esta era una ocasión especial. Para leerlo, hay que comprar el libro… Al final brindamos y degustamos las delicias preparadas por Gaby, y se dio un breve e intenso intercambio con el público. La emoción y la magia de la poesía se hizo presente. Gracias a todos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
***
La foto: Mariel Galarza haciendo su disertación.
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