¡Hasta el próximo encuentro!

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Solo anclado en cuerpo el verbo

se sale por los dedos hacia el aire

de los pies a la ventanas altas

donde la tarde deja caer sus trinos.

Y yo vuelvo a no saber si habito

una casa soleada o un sótano lúgubre

donde el agua del mar roza o penetra

balbuceos y risas de náufragos eternos.

La voz se abre a las ramas del mar

pone en los nidos huevos de gorriones

cree vivir allí con sus poemas

palabras que esperan que les crezcan alas.

Ay ruiseñor del mito, ay colibrí

que corazona esta brisa terrestre

aquí y ahora está siendo su canto

y late en mi soledad enteramente.

Anclado el verbo canta y gime

y celebra su no sé qué de haber nacido.

**

¡Hasta el próximo encuentro de La poesía y el mar!

2 comentarios

  1. Andrea Reynoso

    Me encantó la poesia . Palabras que esperan que les crescan alas . Me gusto ese pasaje . Gracias por tu arte . Mi nombre es Andrea Reynoso y yo también escribo poesia .

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