La belleza del mundo

publicado en: Blog | 0

(epígrafe y tres poemas mi nuevo libro in progress, con el visto bueno de Amparo y su carátula)

“A mí dadme la vida que más quiero
y todo lo demás os lo regalo”

R. L. Stevenson: “El vagabundo”

1
Mármoles, arenas y peces triturados
no me dan tregua, mar:
¿por qué te cansas golpeando mis rodillas?
¿no ves que soy más fuerte
que vos, que te agitás
en esa taza cósmica mal llamada “océano”?

En cambio yo estoy aquí sostenido y pronto a disolverme
para que no puedas romperme ni alcanzarme.

Sin embargo mientras viva puedo darte todo
porque me embriagan el olor a peces y a tierras lejanas
que traes en tu espuma.

11
…estrictamente hablando, mar, estamos sólos
en este raro multiverso que
ni mis ojos ni los tuyos abarcan.

Mis lentas pupilas no vislumbran más que resplandores
fugaces, tus espumosas olas son gemidos
mínimos en el cosmos, arrogante fuerza aquí
pero en la vía láctea pequeña que habitamos
tu ruido no llega a oírse muy lejos.

Entonces solo nos queda encontrar el silencio
hacia el amor, aceptar al doliente y que
tu respiración y la mía sean música.

30
Estamos presos en la monotonía de nuestro
oleaje, hermoso mar, y cantamos al unísono
con nuestra espuma renovada, cansados,
hartos del sonido de nuestra breves voces.

Roncos volvemos a escapar de la orilla y más
roncos volvemos a descansar en ella, a
rompernos con los dedos húmedos o a llorar
por este sin fin de mareas que nos empujan.

Como vos no puedo librarme de mi orilla
y traigo un largo viaje a mis espaldas,
me expongo a la luna y al mar de las estrellas
y velo por los peces de mis profundidades.

Y amo cada latido que me habita y se muere.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *