La poesía, el mar y el amor

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Poemas y textos del primer encuentro sobre La poesía, el mar y el amor, del 12 de junio de 2021.

Cantar de los Cantares (fragmento leídos por Anibal)

«Qué hermosos son tus pies/ con sandalias de princesa/ Las curvas de tus muslos como joyas/ hechura de la mano de un artista/ Tu ombligo una escudilla circular/ donde no faltan vinos aromáticos/ Tu vientre, montoncito de trigo/ circundado de lirios” (versión bíblica)

Cuán bellos son tus pasos, y el de tu andar,

los tus graciosos píes, y ese calzado,

los muslos una aljorca por collar,

de mano de maestro bien labrado:

tu ombligo es una taza circular 

llena de un licor dulce muy preciado,

montón de trigo es tu vientre hermoso,

cercado de violetas, y oloroso. 

(versión de Fray Luis de León)

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Poema 15 de Neruda leído por Susana Orden

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado

Y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

Y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
Déjame que te hable también con tu silencio
Claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto

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Selección de textos de Graciela García

-«Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.» (Julio Cortázar, Rayuela, 1963)

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Amor se fue

Amor se fue, mientras duró

de todo hizo placer,

cuando se fue

nada dejó que no doliera.

(Macedonio Fernández, Adriana Buenos Aires, 1922)

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El otoño

Un caballo se desploma en medio de la alameda

Las hojas caen sobre él

Nuestro amor tirita

y el sol también.

(Jacques Prevert, Palabras, 1945)

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«Estar contigo es como vivir en un barrio con árboles» (de su esposa Delia -interpretada por Mercedes Morán- al abrazar a Pablo Neruda, en la película «Neruda» de Pablo Larrain, 2016)

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«¿Qué es el infierno? Yo sostengo que es el sufrimiento de ser incapaz de amar.» (Fiodor Dostoievski, Los hermanos Karamazov, 1880)

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Susan Sontag, en sus bitácoras y diarios escribió. «Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor.»

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Encargo

No me des tregua, no me perdones nunca.

Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.

¡No me dejes dormir, no me des paz!

Entonces ganaré mi reino,

naceré lentamente.

No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante;

tállame como un sílex, desespérame.

Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dalos.

Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.

Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.

No me importa ignorarte en pleno día,

saber que juegas cara al sol y al hombre.

Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,

lo que nadie te pide: las espinas

hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,

oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

París 1951/1952

(Julio Cortázar, Salvo el crepúsculo, 1984)

***

Matthew Arnold (leído por Inés Ruvituso)

La playa de Dover

El mar está tan calmo en esta noche.

Es alta la marea, y se recuesta

La luna, hermosa, sobre los estrechos;

En la costa francesa resplandece

La luz, se aleja, y los acantilados

De Inglaterra en la sombra se vislumbran

Vastos en la pacífica bahía.

¡Ven, es tan dulce el aire de la noche

En la ventana! Solamente escucha

Ese rumor desde la larga línea

De espuma donde el mar se une a la tierra

Blanca de luna… Oye el rugido áspero

De los guijarros que el oleaje arrastra

Y otra vez los arroja cuando vuelve

A lo alto de la playa, empieza, y cesa,

Y luego nuevamente recomienza,

Con lenta y trémula cadencia, y trae

La eterna nota de la melancolía.

Una vez, allá lejos y hace tiempo,

Sófocles lo escuchó en el mar Egeo,

Y le evocó el turbio flujo y reflujo

Del sufrimiento humano; así, nosotros

Hallamos asimismo un pensamiento

Al escuchar ese sonido aquí,

A orillas del distante mar del norte.

Hubo un Mar de la Fe

También, pleno, y rodeaba

Las costas de la tierra, y se extendía

Como los densos pliegues

De una faja ceñida y deslumbrante.

Ahora, sin embargo, sólo escucho

Su largo, fugitivo, melancólico

Rugido en retirada, que se aleja

En el soplo del viento de la noche

Por la arena desnuda, hacia los lindes

Monótonos y vastos del planeta.

¡Amor, ah, seamos fieles

El uno al otro! Porque en este mundo,

Que ahora pareciera que se tiende

Como un país de ensueño ante nosotros,

Tan variado, tan nuevo, tan hermoso,

No hay, en realidad, ni amor ni dicha,

No hay luz, ni paz, ni una certeza,

No hay consuelo ni alivio al sufrimiento;

Y aquí estamos los dos

Como en una llanura en que oscurece,

Sitiada por confusas

Alarmas de batallas y de fugas,

Donde ciegos ejércitos combaten en la noche.

[Versión de P. A. Córdoba, 02-VIII-20]

**

Dover Beach

The sea is calm tonight.

The tide is full, the moon lies fair

Upon the straits; on the French coast the light

Gleams and is gone; the cliffs of England stand,

Glimmering and vast, out in the tranquil bay.

Come to the window, sweet is the night-air!

Only, from the long line of spray

Where the sea meets the moon-blanched land,

Listen! you hear the grating roar

Of pebbles which the waves draw back, and fling,

At their return, up the high strand,

Begin, and cease, and then again begin,

With tremulous cadence slow, and bring

The eternal note of sadness in.

Sophocles long ago

Heard it on the Ægean, and it brought

Into his mind the turbid ebb and flow

Of human misery; we

Find also in the sound a thought,

Hearing it by this distant northern sea.

The Sea of Faith

Was once, too, at the full, and round earth’s shore

Lay like the folds of a bright girdle furled.

But now I only hear

Its melancholy, long, withdrawing roar,

Retreating, to the breath

Of the night-wind, down the vast edges drear

And naked shingles of the world.

Ah, love, let us be true

To one another! for the world, which seems

To lie before us like a land of dreams,

So various, so beautiful, so new,

Hath really neither joy, nor love, nor light,

Nor certitude, nor peace, nor help for pain;

And we are here as on a darkling plain

Swept with confused alarms of struggle and flight,

Where ignorant armies clash by night.

Matthew Arnold

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MARAMOR, de Silvia Botallo

Corazón distante y desordenado.

Océano hambriento

de prietos abrazos sumergidos.

Tu sacudimiento

rescata estatuas

de mis transmarinos naufragios.

Detrás del agua

surgen porciones transparentes

de tu sonrisa.

Más allá …

por regiones infinitas

de impredecibles arrecifes

se purifican

nuestras sombras encalladas.

Y navegamos nuestro extravío

al amparo

del último galeón.

**

Erótico de Marguerite Yourcenar

 (leído por Patricia Zaldivar)

Tú la avispa y yo la rosa;

Tú el mar, yo la escollera;

En la creciente radiosa

Tú el Fénix, yo la hoguera.

Tú el Narciso y yo la fuente,

En mis ojos tú brillando;

Tú el río y yo el puente;

Yo la onda en mí nadando.

Y tú el sol y la sal

Y en los labios el caudal

Del rumor meciendo el juego.

Yo el pájaro y el cielo

Azul cruzando su vuelo,

Como el alma atiza el fuego.

(Traducción de Silvia Barón-Supervielle)

*

El fornicio de Gonzalo Rojas (leído por P.Z.)

Te besara en la punta de las pestañas y en los pezones, te turbulentamente besara,

mi vergonzosa, en esos muslos

de individua blanca, tocara esos pies

para otro vuelo más aire que ese aire

felino de tu fragancia, te dijera española

mía, francesa mía, inglesa, ragazza,

nórdica boreal, espuma

de la diáspora del Génesis, ¿qué más

te dijera por dentro?

¿griega,

mi egipcia, romana

por el mármol?

¿fenicia,

cartaginesa, o loca, locamente andaluza

en el arco de morir

con todos los pétalos abiertos,

tensa

la cítara de Dios, en la danza

del fornicio?

Te oyera aullar,

te fuera mordiendo hasta las últimas

amapolas, mi posesa, te todavía

enloqueciera allí, en el frescor

ciego, te nadara

en la inmensidad

insaciable de la lascivia,

riera

frenético el frenesí con tus dientes, me

arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo

de otra pureza, oyera cantar a las esferas

estallantes como Pitágoras, te

lamiera,

te olfateara como el león

a su leona,

parara el sol,

fálicamente mía,

¡te amara!

**

Poema de Miguel Hernández leído por Alicia Benitez

El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.

**

Haiku

El amor roma

No rima, hay al revés

Roma le amor

Leo Baldo

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Rafael Alberti, Retornos del amor recién aparecido

(lectura de Amalia Forte Marmol)

Cuando tú apareciste,
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida.
Braceaba en lo oscuro, agonizando,
oyendo un estertor que aleteaba
como el latir de un ave imperceptible.
Sobre mí derramaste tus cabellos
y ascendí al sol y vi que eran la aurora
cubriendo un alto mar en primavera.
Fue como si llegara al más hermoso
puerto del mediodía. Se anegaban
en ti los más lúcidos paisajes:
claros, agudos montes coronados
de nieve rosa, fuentes escondidas
en el rizado umbroso de los bosques.

Yo aprendí a descansar sobre tus hombros
y a descender por ríos y laderas,
a entrelazarme en las tendidas ramas
y a hacer del sueño mi más dulce muerte.
Arcos me abriste y mis floridos años
recién subidos a la luz, yacieron
bajo el amor de tu apretada sombra,
sacando el corazón al viento libre
y ajustándolo al verde son del tuyo.
Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo
que no penaba en una cueva oscura,
braceando sin aire y sin salida.

Porque habías al fin aparecido.

(Retornos de lo vivo lejano, 1956)

**

Rima XII de  Rubén Darío leído por Haydeé

¿Que no hay alma? ¡Insensatos!
Yo la he visto: es de luz…
(Se asoma a tus pupilas
cuando me miras tú.)

¿Que no hay cielo? ¡Mentira!
¿Queréis verle? Aquí está.
(Muestra, niña gentil,
ese rostro sin par,
y que de oro lo bañe
el sol primaveral.)

¿Que no hay Dios? ¡Qué blasfemia!
Yo he contemplado a Dios…
(En aquel casto y puro
primer beso de amor,
cuando de nuestras almas
las nupcias consagró.)

¿Que no hay infierno? Sí, hay…
(Cállate, corazón,
que esto bien por desgracia,
lo sabemos tú y yo.)

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Amor pandémico

¿Quién sos, amor,

amor /amor cosmopolita?

Amor enciclopédico y  no enciclopedista.

¿Cuál es, amor,

tu geografía,

 cuál es tu investidura?

Cuál es tu saber

sin teoría,

cuál tu escritura,

de dónde son

tus gestos

de océano irrestricto.

¿De qué enigma venís,

de cuál mar

es tu incendio?

Amor sublimininal,

sublime,

sublimado.

¿Qué cosa sos,  amorportodoslados?

Cuál es tu cielo,

cuáles tus aguas,

tus costados.

Cuál es tu empeño,

¿y tu afán desesperado?

Amor, amor no encuadernado:

Amor telúrico, esférico

y elástico,

amor que venís

sin instrucciones

no mensurable

con puntos suspensivos

y desmanes.

¿Cómo nació tu religión,

tu ética, tu arte?

Amor robusto

torpe equilibrista.

Quién sos, amor,

cuál es tu mística, 

cuáles tus trances

y tu culto.

Amor/amor pandémico:

Amor masivo,

nunca insulso.

Graciela Vergel

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Poema de Federico García Lorca leído por Rosita

Yo ansío verte llegar

Una tarde por Granada

Con toda la luz salada

Por la nostalgia del mar;

amarillo limonar, jazminero desangrado, 

por las piedras enredado

impedirán tu camino,

y nardos en remolino

pondrán loco mi tejado,

¿volverás?

Cuando se abre en la mañana

roja como sangre está;

el rocío no la toca

porque  se teme quemar.

Abierta en el mediodía

es dura como el coral,

el sol se asoma en los vidrios

para verla relumbrar.

Cuando en las ramas empiezan

los pájaros cantar

y se desmaya la tarde

en las violetas del mar,

se pone blanca, con blanco

de una mejilla de sal;

y cuando toca la noche

blando cuerno de metal

y las estrellas avanzan

mientras los aires se van,

en la raya de lo oscuro

se comienza a deshojar.

**

Preludio

Alcancé el vuelo. Ya las últimas bandadas se alejaban hacía otros continentes, pero la dirección esta vez fue otra.

La planicie se extendía frente a mí sin obstáculos. Pude recrear a mi antojo el trayecto a recorrer. Así lo hice, libre de ataduras, cara al viento, recibiendo los rayos del sol, esos rayos que empujaban a los deseos, que me señalaban el camino, aquel que abriéndose  en dos brazos intentaba retener el tiempo, haciendo sujetar mis intenciones, atrapando la capacidad de amor, protegiéndome de todo maleficio.

Nada de eso importaba. Un único anhelo era constante. En cada aleteo mi pecho se abría henchido. Una corriente de sentimientos recorría mi cuerpo valorando la plenitud de estar viva.

Seguí y seguí.  Me preguntaba que habría más allá,  detrás del amanecer dorado….

Alcancé a divisar un lugar,  todo allí  era azul, todo era límpido  y brillante. Me acerqué a un mar cálido,  transparente,  donde pude verme, tal cual, regocijada al fin, desprovista del hechizo que consumía mis días. Atesorando el poder de nacer cada mañana.

Dispuesta  recomenzar un vuelo distinto.

Rosita

**

Dos poemas de Alberto Szpunberg

(leídos por Lilian Garrido)

Pero ella está ahí, da su otra mejilla a la inocencia y cómo

no creer que todo gira alrededor de ella, cómo no

pensar que el golpe de la ola y el vuelo de las gaviotas

y la danza de las algas y el callado trabajo de los erizos

responden a su gravedad,

si su mano se alza como ordenando los vientos, como

acompañando la lenta, la impostergable despedida del sol

“Vengo del mar, voy hacia el mar”, quisiera decirle, “somos

el mar y la única promesa tiene la forma de tu cuerpo”,

quisiera decirle, “contra él se estrella mi sangre”, “tus

movimientos son como bajo el agua, como si tu única

tierra posible fuera el mar y aún no hubiéramos terminado

de nacer”,

pero llego hasta ella fatigado, de mi mochila sólo queda una

navaja en mi bolsillo y esta manía de caminar

-“buscando el firme, siempre por el firme”- de roca

en roca –“vencer o morir”-, o morir.

¿Cómo si no y hacia dónde sin que en sus ojos se reconcilien

el cielo y la tierra?

¿cómo volver a recorrer las alturas cuando los únicos

peldaños son las palabras, estas palabras que sueñan un

poema?

[Éste es uno de los poemas de “Cap de Creus”, tercera parte del libro Apuntes (1987)]

*

XXVI

La mujer que amo

no es siempre la mujer que amo.

A veces,

se parece tanto a la mujer que amo

que vuelvo a amarla

como si no la conociera.

Cuando estoy perdido

irrumpe en mis sueños

y me encuentra:

creo que dice mi nombre

para que yo crea que soy yo

pero yo soy otro que la ama.

A veces,

suelo equivocarme

y la llamo por su nombre,

pero ella sigue de largo.

Como la casualidad rige sus pasos,

yo sé que viene hacia mí.

Cierra los ojos

hasta que encuentro en sus caricias

las líneas de sus manos

que descifran a tientas mi futuro.

De: El libro de Judith (2008)

**

Cómo decir de pronto…Julia Prilutzky Farny

(leído por Susana Orden)

Cómo decir de pronto:

tómame entre las manos,

no me dejes caer. Te necesito:

Acepta este milagro.

Tenemos que aprender a no asombrarnos

de habernos encontrado,

de que la vida pueda estar de pronto

en el silencio o la mirada.

Tenemos que aprender a ser felices,

a no extrañarnos

de tener algo nuestro.

Tenemos que aprender a no temernos

y a no asustarnos

y a estar seguros.

Y a no causarnos daño.

**

El amor como apropiación, poema de Bonnie Favelis

Ha llegado la hora que es exacta

La de la libertad para el poema

Donde se sueltan solas las palabras

Donde yo no intervengo

Se acomodan y saltan

Se unen celulares

Y adultas se desatan

Se juntan como niños extraviados

Y como uva madura se desgranan

Asustan con la verdad

 se instalan

 en la blancura de mi última página.

Hoy respiro palabras

Quiero recorrer ciudades con tu abrazo que extraña locura ésta de

 de sentirte mío

Quiero desafiar la noche

Sueño adolescente

Te invito a juntar estrellas

El mar está muy loco este verano

Y amanece a mi antojo aunque no creas.

Hoy fabricaré barcos de papel.

Te imagino, te leo, qué sabio el tiempo que me entregó a tu noche.

Levanto los ojos y te amo.

Ya no habrá profundo reposo hasta que no me envuelvas en ternura.

Envidio el pájaro que cruza tu ventana

La asamblea de dibujos que dibujas

Envidio el aire que te recorre levanto los ojos y te amo.

Qué sabio el tiempo!

Tenía tu garganta en mi garganta

Tu perfume en mi perfume

Mi cama era de arena.

Tengo tus labios en mis labios

Se marean felices mis pestañas

Rueda mi pelo una ciudad fantasma

Tú abres páginas de un libro y bebes Grecia y me amas.

Escribir no puedo amado tu caricia me ha quitado la palabra.

Y volví a pensar en vos

En los instantes robados de besos y alamedas

Y volví a pensar en vos

Y tanto lo pensé que estoy contigo.

Y no me bastó el mar que escalé la figura de los mapas

Para envolverme en tu abrazo de viñedos.

Aquí en la oscuridad metal de la penumbra

Túnel y tiniebla

A la mañana

cuando los pájaros se anudan a las ramas

Vos sos mi único  horizonte

Y por las tardes

Cuando las nubes caprichosas

Tiñen de gris mí cielo

Vos sos mi único horizonte

Y cuando duermo

Y pensé en tu sonrisa de los años

Sueño la noche y tu caricia no olvidada.

A la mañana, cuando los pájaros!

Febril testigo de instantes desiguales.

Seguidor de momentos.

Dónde tú cofre de retratar los sueños?

Dónde la pupila que se copia de ojos?

Dónde las manos de Borges y mi rostro?

Quiero saber si mi poema de esta tarde es mío o tuyo

Si te llegó la palabra urgente de tristezas

Si yo y el mar

y vos y el río

Permaneceremos.

**

Crónica del Encuentro La poesía y el mar del 12-6-21

Especial La poesía, el mar y el amor, primera parte

-Le damos la bienvenida a Fernando Aguinaga en la isla del Tigre

-Aníbal: «pensando en este tema La poesía, el amor y el mar y la invocación a Afrodita, busqué en mi obra poética y rescaté de mi primer libro, “El mar”, escrito en 1991, el poemario Gaviotas del horizonte, que es la segunda parte del libro. Son 17 poemas y hay un prólogo de Federico Peltzer, por entonces profesor de la facultad en Mar del Plata, y en su comentario dice que algunos pasajes de Gaviotas del horizonte tienen resonancias de El cantar de los cantares. Me sentí halagado. Yo no conocía El Cantar… en profundidad y entonces lo leí. Ahora lo traigo a la charla, porque al volver a leerlo redescubro su riqueza inagotable”. Mis poemas quedarán para otro momento (risas). Leer El cantar y fue una hermosa experiencia, por la perduración de un poemario amoroso y sensual que está incluido en La Biblia. Entre otros, lo tomó Fray Luis de León. Es el amor entre Yahvé y su pueblo. Se atribuye a Salomón, pero es una autoría simbólica. Tiene una frescura que no ha perdido y hermosas comparaciones naturales: la mujer es yegua, palmera, huerto; las mejillas son perlas, el esposo es un manzano, el vientre es un marfil labrado, los labios son hilos de carmesí, los pechos dos cabritos mellizos, y así muchas. No hay dolor, eso es interesante, hay pasión amorosa que se siente como dolor y también hay encuentros y consumación erótica: disfrutar de los frutos, de la miel, de la leche. Hay distintas interpretaciones y versiones. Para el español, la más importante es la de Fray Luis de León, del siglo 16, por la cual lo condenó la Inquisición y estuvo 4 años preso. Hay versiones con grandes diferencias, por ejemplo, la Biblia que usé es la de 1975 de un obispo catalán. Fray Luis estaba más preocupado por la rima y en 8 versos (lee un párrafo del capítulo 7 de La biblia) «Qué hermosos son tus pies/ con sandalias de princesa/ Las curvas de tus muslos como joyas/ hechura de la mano de un artista/ Tu ombligo una escudilla circular/ donde no faltan vinos aromáticos/ Tu vientre, montoncito de trigo/ circundado de lirios”. Para Fray Luis el Espíritu Santo es el autor del poemario (nos lee cómo ese párrafo lo escribe Fray Luis de León). Es un magnífico y bello ejercicio de leer y comparar. Otro párrafo lo leeré en la próxima charla.»

Marcos: «continuando con lo que decía Aníbal leeré 3 ó 4 versos donde junto a una belleza tan intensa de El cantar de los cantares, se combinan caracteres de la poesía antigua: «yo soy de mi amado, mi amado es mío», momento de consumación. «Eres suave y bella como Jerusalén». Hay una extraña comparación de la belleza de la mujer con un ejército en posición de ataque… Para los que escucharon el poema existía la conciencia de que Jerusalén era una ciudad disputada por centenares de combatientes que estaban dispuestos a dar la vida por ella, a matar o morir. Sin duda, el que compuso eso amaba esa ciudad sino no hubiera podido compararla con su amada. Hay alabanzas simples y bellas (con la luz de la aurora o la luna) Usa palabras con lenguaje técnico militar romano (nada podríamos pensar más opuesto al amor que un ejército de hombres). Safo también compara el amor con un ejército como expresión máxima del heroísmo y el esfuerzo humano. Se siente la absoluta indefensión frente a la belleza. Termino con la frase de otro poeta «la noche del espanto desnuda el alma . . . oscura». Ante las armas de la belleza no hay nada que hacer, sólo rendirse.»

Daniel Rubio: «Marcos estuvo excelente, lástima que el sonido se perdió un poco. Lo mío viene distinto porque quedó pendiente de El mar y la épica. El 17 de junio de 1821 a los 36 años murió Güemes. Es interesante porque yo soy salteño pero he tenido una imagen escolar, estereotipada de Güemes y ahora veo otra imagen de él. En la plaza 9 de julio (central) hay una estatua de Alvarado, no de Güemes que fue traicionado por el pueblo salteño (homologado a Artigas) «murió: un cacique menos» dijo Mitre. Las calles que rodean la plaza se llaman Mitre, Caseros, España (antes Victoria, por los Zubiría, y Facundo Zubiría, un oligarca traidor salteño que armó la conspiración que terminó con la muerte de Güemes). Cuentan Los Chalchaleros que en una plaza había un monolito que decía «En este lugar fue herido el General Martín Miguel de Güemes». Al volverse la calle de una sola mano fue trasladado a la plaza Balcarce y ellos decían «allá fue herido . . .» señalando su anterior emplazamiento, con una mano de bronce. En 1775 nace Güemes y a los 15 años ya está en el ejército y asciende a alférez de Liniers, va a Buenos Aires. Combate en la primera invasión inglesa. En agosto Beresford se rinde pero antes bombardeó Buenos Aires. El barco Justina es un barco mercante pero con 26 cañones! (un barco de guerra, teniendo en cuenta que el barco del Almirante Brown tenía 28) con 100 marinos británicos el barco quedó varado. Güemes viene de Córdoba y le ordenan que tome el barco. Lo toma, toman prisioneros a los marinos y arrían la bandera. Por primera vez un miembro del Ejército toma un barco. Para cubrir esa derrota los ingleses donan la Torre de los ingleses. Hay un poeta salteño, Julio César Luzzatto que escribe «Carga gaucha en el río»: «no tiene naves el pueblo» «caballos criollos» «fragata de nombre suave» «enfrentaron el navío los gauchos» «entera como su barba es la victoria que trae»

Gustavo Zaldívar: «una sorpresa, me encuentro aquí con Fernando Aguinaga, fana de Marechal», lo señalo para que él después diga algo de Marechal y la mujer celeste. En tanto psicoanalista, Lacan dice «el amor es algo de lo que no se tiene», es pasión y entrega absoluta que ha tenido un camino en la historia de toda calaña; después del amor de dios, pensar en el honor de la patria, hay causas confusas entre la pasión y el amor y la guerra, etc. Hoy toda la deconstrucción del padre nos lleva a la negación del otro y la dificultad para amar. Hay que inventar una causa, una mujer que enamore. Yo soy un tipo que he vivido enamorado y se lo debo a mis viejos y lo que viví en el hogar. Amor como lugar donde se dirigen las pasiones y abajo no hay nada, hay muerte. Cada pasión es una maravilla que el hombre sigue produciendo para su sobrevivencia. Pero no hablará del vacío sino del «lleno», recitado de Nati Mistral que oía mi padre (además de Guillén, etc) sobre Leonor de Aquitania, quien fue criada en condiciones en que tuvo que renegar de su género y además, nació el 29 de noviembre, el mismo día que Aníbal.» (Lee el poema «Qué doloroso es amar y no poderlo decir», «la mirada hacia el sol levanta el ciego»)

Alicia: «mi recorrido por la poética del amor es masculino. Hay más hombres que cantan al amor y a la mujer que a la inversa. Me resulta más tolerable que la frustración amorosa la exprese un hombre. Decidí leer a Miguel Hernández, desde su origen campesino expresa su frustración de la separación de la amada en «Cancionero y romancero de ausencia»: «el amor ascendía entre nosotros como la luna entre dos palmeras» «fueron pétreos los labios», frustración del amor que no se pudo concretar.

Patricia Zaldívar: «Ay dios mío, cómo recitar ese poema, lloré! (por el que leyó su hermano Gustavo) Cómo no vivr enamorado! Por el aniversario del nacimiento de Marguerite Yourcenar voy a leer un poema dedicado a la mujer con la que vivó 40 años y luego un poema de Rojas. «Tú la avispa y yo la rosa» «tú el río, yo el puente» «del rumor meciendo el cielo». Tiene otro poema cuando muere su Grace, su compañera. De Rojas, poeta chileno: «mi vergonzosa» «ese aire felino de su fragancia» «española mía, francesa mía» «fenicia, cartaginesa o loca» «mordiendo hasta las últimas amapolas» «fálicamente mía».

Silvia: «leo uno mío: «corazón distante y desordenado» «detrás del agua surgen porciones transparentes de tu sonrisa»  «y navegamos nuestro extravío», de 1996, de mi libro»

Graciela Vergel: «Hay que ser valiente como Silvia para leer un poema sobre el propio amor. Leo uno mío: «¿quién sos amor?» «cosmopolita» «cuál es ,amor, tu geografía» «saber sin teoría» «de cuál mar es tu incendio» «amor por todos lados» «amor que venís sin instrucciones» «con puntos suspensivos y desmanes»

-Aníbal: «Afrodita reclama su lugar ahora…»

-Hernán: «el amor nos provoca indefensión que nos coloca en un lugar riesgoso, inquietante y estimulante y esencial. El amor como búsqueda y hermosa medicina. Me quedé con la imagen de la Venus de Botticelli que mandaste (a Aníbal) de la segunda mitad del siglo 15 en Florencia (que vi en su sala), recuerdo a parejas emblemáticas, como Abelardo y Eloísa, Beatrice y Dante, etc. ¿Qué pasó con el amor en la Alta Edad Media? se preguntan historiadores. Luego, en el Renacimiento, Cronos corta a Urano (su padre) los genitales y los arroja al mar y de esa espuma nace Venus. Un amigo de Botticelli y de Lorenzo el Magnífico tradujo El banquete, de Platón y el diálogo del amor. A partir de El nacimiento de Venus, Rainer María Rilke se inspiró y escribió un poema relativamente juvenil: «a la mañana siguiente» «abismo de los peces mudos» «el mar dio a luz» «el cáliz de las caderas . . . fruto joven» «y así aterrizó la diosa».

-Aníbal: «increíble relación en la descripción, con El Cantar»

-Gustavo Z: «relación con la canción de Arco Iris, que dice como el Cantar, «montoncito de trigo»

-Beatriz (Bonnie) «hermosísimo todo. El amor es mi target. Amor como apropiación, deseo, imaginación . . . (lee un poema suyo) «quiero recorrer ciudades con tu abrazo» «el mar está muy loco este verano» «qué sabio el tiempo que me entregó a tu noche» «levanto los ojos y te amo» «tu caricia me ha quitado las palabras» «mi poema de una tarde es mío o tuyo».

-Aníbal: «muchos años de poesía!»

-Leo: «sigo en el mar. Anoche hice una pizza a La Boya. Recuerdo dos frases sobre el amor. Bolaño: «el humor es una forma de amor y felicidad» y creo que del mito de Sísifo «la verdadera desgracia no es no ser amado sino no saber amar». Les comparto un haiku mío «el amor roma/no rima/roma lee amor» Creo que el abrazo, la mirada, una agarrada de manos, eso es el amor».

Inés Ruvituso: «estoy leyendo una novela y veo un poema de un inglés muy conocido y clásico, habla del mar y el poder del amor. Es Matthew Arnold, del siglo 19. Para él el mundo clásico es importante. Se llama «Dover beach», ciudad frente a Calé, en el Canal de la Mancha o el Canal Inglés, como lo llaman ellos. Lo escribió en 1851 y se publicó en 1867 (lee en inglés y castellano) «el mar está tan calmo en esta noche» «es tan dulce el aire de la noche en la ventana» «Sófocles lo escuchó en el Mar Egeo» «al escuchar este sonido aquí» «amor, seamos fieles». Lamenta la pérdida de la religión que hasta ahí, para él, había unido al mundo.

Aníbal: «una nota melancólica»

Inés: «el mar es para él melancolía»

Graciela García: «qué hermoso encuentro sobre un tema infinito como el amor. Me gustó esa comparación con respecto a la inutilidad de las armas del ejército frente a las armas del amor. Seleccioné varios autores. Hablando de cocina que también es amor, como decía Leo, traje algunos «bocaditos» y luego el plato principal. Bocaditos de Cortázar, Macedonio Fernández, Jacques Prevert, de la película «Neruda», de Dostoievski y de Susan Sontag. El plato principal es, de nuevo, Cortázar y su poema «Encargo», cruelmente apasionado. [me remito a la página de Aníbal, donde están estos textos] Para la próxima, busco uno mío».

Aníbal: «Qué selección hermosa que hiciste!»

Amalia: «de un librito de poemas en Cuba, que ni me acordaba, «Retornos del amor recién aparecido» de Rafael Alberti: «penaba yo» «un alto mar en primavera» «yo aprendí a descansar sobre tus hombros», y otro: «me matarás . . . y tú serás mi vida» «prisa de los juncos» «vocablos de la mar» Un bouquet!»

Lilian Garrido (invitada por Graciela Vergel): «en toda la historia de la literatura hay poesía amorosa. Elegí a un poeta, Alberto Szpunberg, que pasó en el exilio 16 años mirando el Mediterráneo por la ventana. De «Apuntes» (1987): «pero ella está ahí, da toda su mejilla a la inocencia» «vengo del mar, voy hacia el mar» «como si nuestra única tierra posible fuera el mar» «los únicos peldaños son las palabras». Vuelve al ancho mar que es el Río de la Plata. De «El libro de Judith»: «la mujer que amo no es la mujer que amo» «creo que dice mi nombre para que yo crea que soy yo» «las líneas de sus manos . . . mi futuro».

Cristina: «voy a seguir con uno de mis adorados, Fernando Pessoa, sobre Ulises (como uno de mis hijos) De «Mensaje»: «el mito es la nada que lo es todo» «la leyenda se escurre de entrar en la realidad» La leyenda es que Lisboa fue creada por el desembarco de Ulises cuando terminaba el Atlántico».

Aníbal: «con los portugueses hay mucha tela para cortar. Las Lucíadas de Camoes. Son hijos del mar y de Afrodita.

Susana: «Cómo decir de pronto» de Julia Prilutzky Farny (murió en 2002, la conocí en una Feria del Libro, la admiré siempre) «tenemos que aprender a ser felices» «a no asustarnos» «a no causarnos daño». Y de Neruda, el poema 15 «me gusta cuando callas porque estás como ausente» «mariposa de sueño, te pareces a mi alma y te pareces a la palabra melancolía»

Gustavo Zaldívar: «el poema 20 de Neruda lo tenía en el bolsillo entre mis documentos amorosos».

Rosita: nos trae «a Federico García Lorca, el 5 de junio (de 1898) fue su nacimiento. De «Doña Rosita, la soltera» dos poemas: «yo ansío verte llegar» «volverás». Y otro: «cuando se abre la mañana» «el sol se asoma a los vidrios para verla relumbrar» «en la raya de lo oscuro se comienza a deshojar». Y de mi autoría, «Preludio»: (escrita hace mucho) «alcancé el vuelo» «la dirección fue otra» «aquel que abriéndose en dos brazos» «un único anhelo era constante» «valorando la plenitud de estar viva» «me acerqué a un mar cálido» «atesorando el poder de amanecer cada mañana». Y de «El Cantar . . .»: «He aquí que eres hermosa oh amada mía».

Jorge: «estoy como ausente . . . no. Volví a leer Filosofía (cursé bastante en la UBA), buscando los teóricos de Moderna encontré una «Caronte» de 1993, con Nietszche, un reportaje a Vattimo y poetas griegos como  Ibido :»en primavera, los membrilleros . . .y las vides creciendo a la sombra de los pámpanos, florecen» «el amor conmigo no descansa»y Simónides: «nunca digas qué acaecerá mañana».

Haydeé: «de Safo: «sigue siendo mi amiga pero busca una más bella». De Rubén Darío. «que no hay alma? Insensatos, yo la he visto» «que no hay Dios? qué blasfemia! Yo he visto a Dios en aquel beso de amor» «lo sabemos tú y yo».

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Próximo encuentro: sábado 19 de junio con la misma temática, el amor.

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