La poesía y el mar 15 de agosto

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El último poema de Rosas del desierto:

Cangrejo azul

(arte poética)

Solo y sexual entre las algas

de Punta del Diablo

y hermosas mujeres con hombres

generalmente feos

que no las merecen

y lindos homosexuales perfumados

y rústicas lesbianas tiernas

y cangrejos de pinzas azules

que entregan la vida

pero no sueltan la presa.

 

Heroicos, enamorados, enfáticos,

caen como yo caigo mutilados

en las ollas hirvientes de las musas

y ya son con las algas exquisitos buñuelos

marinos, verdes, azules y brillantes.

 

El rumor pindárico regresa

en las olas grises y me dice

que no consuma en un rincón oscuro

una vejez sin nombre

que lance mi carro al desigual combate

y no me prive de las cosas bellas.

***

Utopía

Una isla donde todo se aclara.
Allí se pisa la tierra firme
de las pruebas.

Hay un solo camino, el de la llegada.
Los encorvados arbustos se inclinan bajo el peso
de las respuestas.

Allí crece el árbol de la Hipótesis Adecuada
con las ramas desenredadas desde siempre.
El árbol de la Comprensión, deslumbrante, recto,
junto al manantial que susurra: “Es así.”
Cuanto más se interna uno en el bosque, más se abre
el Valle de la Obviedad.

Si una duda surge, la disipa el viento.
El eco, sin nadie pedírselo, toma la palabra
con decisión, y aclara los misterios del mundo.

A la derecha, una cueva donde hay sentido.
A la izquierda, el Lago de la Profunda Convicción.
La verdad se desprende del fondo y ya flota en la
superficie.

La Seguridad Intocable domina el Valle.
Desde su cumbre se contempla la esencia de las cosas.

 

A pesar de tantos atractivos, la isla está despoblada;

y las pequeñas huellas de los pies, reconocibles
en la orilla, se dirigen todas, sin excepción, al mar.

Como si se hubieran ido de allí
sólo para zambullirse de nuevo, sin remedio,
en un vivir inentendible.

Wislawa Szymborska

*

Alabanza de mi hermana

Mi hermana no escribe poemas

y es improbable que de pronto comience a escribir poemas.

Le viene de su madre, que no escribía poemas,

y de su padre, que tampoco escribía poemas.

Bajo el techo de mi hermana me siento a salvo:

nada impulsaría al marido de mi hermana a escribir poemas.

Y aunque suene como un poema de Adam Macedonski,

ninguno de mis parientes se ocupa de escribir poemas.

En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejos

ni nuevos en su bolso.

Y cuando mi hermana me invita a cenar,

sé que no tiene intenciones de leerme poemas.

Hace magníficas sopas sin esfuerzo,

y su café no se derrama sobre manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,

pero cuando lo hacen, rara vez es sólo una persona.

Algunas veces la poesía fluye en cascadas de generaciones

que ocasionan temibles corrientes en las relaciones familiares.
Mi hermana cultiva una prosa hablada decente,

toda su producción literaria está en tarjetas postales veraniegas

que prometen la misma cosa cada año:

que cuando vuelva

nos contará todo,

todo,

Wislawa Szymborska

***

La mano

Veintisiete huesos,

treinta y cinco músculos,

unas dos mil células nerviosas

en cada una de las yemas de nuestros cinco dedos.

Es absolutamente suficiente

para escribir Mein Kampf

o Winnie the Pooh.

Wislawa Szymborska

***

Concha

Por la noche los monjes cantaban en voz baja

Y un viento fuerte levantaba

ramas de abetos igual que alas.

No he conocido ciudades antiguas

nunca estuve en Tebas

ni en Delfos, ni tampoco sé

qué dijo la Sibila a los viajeros.

La nieve cubrió calles y barrancos,

y en vestidos oscuros las cornejas seguían

las huellas de los zorros en silencio

Creía en señales efímeras,

en sombras de ruinas y en serpientes de agua,

en fuentes de montaña y en pájaros proféticos.

Los tilos florecen igual que novias,

pero sus frutos son pequeños, ásperos.

Ni en la música ni en pinturas bellas

ni en hazañas o en el coraje

ni aún en el amor hay saber,

sino en todas las cosas

en la tierra y el aire, en el silencio y el dolor.

Un poema es capaz de retener el eco

de la tormenta, como la concha que tocó Orfeo

al escapar. El tiempo arrebata la vida,

y devuelve memoria, dorada por las llamas

y negra por las ascuas.

Adam Zagajewski

*

Cambio

Hace meses que no escribo

ni un solo poema.

Vivía humildemente leyendo los periódicos

Pensando en el enigma del poder

Y en las causas de la obediencia.

Contemplaba puestas de sol

(escarlatas, muy inquietantes),

Sentía cómo callaban los pájaros

Y cómo la noche iba enmudeciendo.

Veía girasoles que agachaban

La cabeza al ocaso, como si un desatento

Verdugo paseara por los jardines.

En el alféizar se iba acumulando

El polvo dulce de setiembre

Mientras las lagartijas se escondían

En los salientes de los muros.

Salía a dar largos paseos,

Y deseaba solo una cosa:

Relámpagos,

cambios,

a ti.

Adam Zagajewski

***

Plinius Maior. Naturalis Historia 2, 62.

Sequitur terra, cui uni rerum naturae partium eximia propter merita cognomen indidimus maternae venerationis. Sic hominum illa, ut caelum dei, quae nos nascentes excipit, natos alit semelque editos et sustinet semper, novissime conplexa gremio iam a reliqua natura abdicatos, tum maxime ut mater operiens, nullo magis sacra merito quam quo nos quoque sacros facit, etiam monimenta ac titulos gerens nomenque prorogans nostrum et memoriam extendens contra brevitatem aevi, cuius numen ultimum iam nullis precamur irati grave, tamquam nesciamus hanc esse solam quae numquam irascatur homini.   (Plinius M.  Naturalis Historia II, 62)  PHI:2.154)

Traducción:

Sigue la tierra, la cual es la única entre todas las cosas que forman parte de la naturaleza a la que por los más excepcionales méritos le hemos concedido el atributo de la materna veneración.

Ella es de los hombres, como el cielo es de dios,

La que nos recibe al nacer, nos alimenta desde que nacemos y nos sostiene siempre, abrazándonos al final en su regazo cuando ya las otras partes de la naturaleza nos han abandonado, tapándonos entonces más que nunca como una madre,

sagrada sobre todo por el don de hacernos a nosotros mismos sagrados,

sosteniendo nuestras sepulturas y epitafios

haciendo perdurar nuestro nombre y extendiendo nuestra memoria contra la brevedad del tiempo,

cuyo numen es el último que pedimos que les pese, cuando estamos irritados, a los que ya no existen, como si no supiéramos que ella es la única que nunca se irrita contra el hombre.

Traducción literal seguida por el original latino

-Sigue la tierra, solo a la cual entre cosas que forman parte de la naturaleza, por los más excepcionales méritos le hemos concedido el nombre de la materna veneración.

Versión original y traducción literal verso por verso:

Sequitur terra, cui uni rerum naturae partium eximia propter merita cognomen indidimus maternae venerationis.

-Ella es de los hombres como el cielo es de dios,

Sic hominum illa, ut caelum dei,

-la que nos recibe al nacer, nos alimenta desde que nacemos y una vez criados también nos sostiene siempre,

quae nos nascentes excipit, natos alit semelque editos et sustinet semper,

-abrazándonos al final en su regazo cuando ya por el resto de la naturaleza hemos sido abandonados,

novissime conplexa gremio iam a reliqua natura abdicatos

-cubriéndonos entonces más que nunca como una madre,

tum maxime ut mater operiens,

– sagrada por ningún otro mérito más que por aquel que  incluso a nosotros nos hace sagrados,

nullo magis sacra merito quam quo nos quoque sacros facit,

-sosteniendo nuestras sepulturas y epitafios

etiam monimenta ac titulos gerens

-haciendo perdurar nuestro nombre y extendiendo nuestra memoria contra la brevedad del tiempo,

nomenque prorogans nostrum et memoriam extendens contra brevitatem aevi,

-cuyo numen es el último que pedimos que les pese, cuando estamos irritados, a los que ya no existen, [1]

cuius numen ultimum iam nullis precamur irati grave,

-como si no supiéramos que ella es la única que nunca se irrita contra el hombre.

tamquam nesciamus hanc esse solam quae numquam irascatur homini.

(Comentarios y traducción de Marcos Ruvituso)

***
Las naves rojas de la Federación

Rojos son las mesanas y los trinquetes,

Las cureñas, las bandas; rojas, sangrantes,

Las camisas que llevan los tripulantes,

Desde los condestables a los grumetes,

Y usan galones rojos los comandantes,

 

Allá van por las aguas del patrio río,

Clavados en el mástil los pabellones:

En el puente de cada rojo navío

Se oye la voz de un “cielo” ronco y bravío,

Junto a la negra boca de los cañones.

 

Son las goletas rojas de Costa Brava,

Son las que respondieron en Obligado

Al clamor iracundo que las llamaba

Para batir la flota que navegaba

El Paraná invadido y ensangrentado.

 

¡Bergantines de Thorne! La voz del viento

Dice en la arboladura la copla errante

Que recuerda en su recio y extraño acento

Aquellas que en el viejo puente sangriento

Se oían en los tiempos del Almirante.

 

Con sus rojas banderas en la mesana,

Allá van sus bravías tripulaciones:

“Federación o Muerte”, se oye, lejana,

La canción que cantaban en la mañana

Junto a la negra boca de los cañones.

Héctor Pedro Blomberg. (Cantos Navales Argentinos)

***

Tankas

#niñezquemeatraviesa

Llevo la dicha

Guardada en la raiz

De mis cosquillas

Va pintada de niñes

Que me ríen las penas.

 

#niñezdeabuela

Hay cuatro manos

haciendo de las suyas

en mis comandos,

entreveran sus pausas

con mis flacas urgencias.

 

Amandamente

viaja en monopatín

mientras despliega

una alfombra de miel

libada de sus flores.

 

Se llama Dante,

cuando abre los ojos

yo me confundo

es como si la luna

naciera de dos mundos.

 

#niñezdelainjusticia

@donaldtrampa

Niños frontera

encerrados en jaulas

allá al norte.

Sin ojos para ellos

estamos acá al sur.

 

Niños en jaulas

alertan las noticias

Mañana será dolar

la noticia siguiente.

 

@Enblancoynegro

Está buscando

un puente que la cruce

de la miseria

al calor de un hogar

donde todos se miren.

 

Es muy pequeña

y no repasa nunca

sus oraciones,

porque no las requiere

para recrear su fe.

 

Otro pequeño

camina entre las rocas

y no tropieza.

El reconoce muy bien

su senda cotidiana.

 

@elconurbano

Chiquitos mios

Heridos por el hambre

Todos mojados

La lluvia no se va

y empieza el frío.

 

En un cucharón

relleno de lo que hay

van las angustias

tratando de abrigar

el frio que se filtra.

 

#NIñezyG20

Se la reparten

Son Veinte miserables

La quieren toda

Y al pueblo le quede

Hueso, en vez de queso.

 

Menos que nunca

les importa el otre.

Desde sus nadas

Armaron una  cima

De violento desamor

 

#niñezyfeminismo

Solsticio de hoy

que te he aprendido,

no te despidas

sin apalabrar de luz

este invierno mudo

 

Hoy mis ventanas

Estan mirando el mar

Que una vez más

Convierte los instintos

En sanas ilusiones.

 

Uno por uno

Todos los días

Además de alguno

Así son concebidos

Los sueños compartidos

 

Hay vidas nuevas

Que todo lo subvierten

Son hojas verdes

Listas para dar vuelta

Capítulos vacíos.

 

En un comienzo

estábamos sin color,

pasó el tiempo

nos vestimos de verde

como el césped blando

 

Para mirarnos

con ópticas distintas

nos regalamos

Verdes caleidoscopios

y espejos de mujer

Gabriela Bauer

***

Las mujeres y el frío

yo al frío lo aprendí de niña en guardapolvo
estaba oscuro
el rambler clasic de mi viejo no arrancaba
había que irse caminando hasta la escuela
cruzábamos el tiempo
los colmillos atravesándonos
la poca carne
yo era unas rodillas que dolían
decíamos qué frío
para mirar el vapor de las palabras
y estar acompañados

las mamás
todas
han pasado frío
mi mamá fue una niña que en cushamen
andaba en alpargatas por la nieve
campeando chivas
yo nací con la memoria de sus pies entumecidos
y un mal concepto de las chivas
esas tontas que se van y se pierden
y encima hay que salir a buscarlas
a la nada

mi mamá nos abrigaba
ella es como un adentro
hay que abrigar a los hijos
el pecho
la espalda
los pies y las orejas
dicen así
y les crecen las ramas y las hojas
y defienden a los chicos del invierno
y a veces sale el sol y ellas tapando
porque los brazos se les van en vicio
y hay que sacarles
despacio
con palabras
esos gajos

pero el frío no siempre
lo sé porque esa noche en aldea epulef
dormíamos apenas
alrededor de nuestro corazón al descampado
eufemia descansaba el purrún del camaruco
y la noche confundió su pelo corto con el pasto

era la madrugada y eufemia despertó
con la helada en el pelo
y el frío esa vez tenía boca
y se reía con nosotras
se está poniendo viejo el frío nos decían

las mujeres aprendemos
tarde
que hay un tiempo en la vida
en que hasta sin intención
vamos dejando una huella de incendio
por el barrio
ni sé por qué la perdemos
y esa tarde yo precisaba
medias de lana cruda para cruzar las calles

en las ciudades el frío
nos raspa las escamas
punza en la nuca
se vuelve más prolijo
en eso andaba y a la noche
había un hombre en mi cama
o era un niño o un muchacho
yo no quería respirar muy fuerte

tiene las manos abrigadas este hombre
entonces por qué me fui
para ver si salía a buscarme o me dejaba
a que los esqueletos de pájaros
se incrusten en mi cara

como el eco del silencio seré
si no me encuentra

por hacerme la linda

encima me da abismo
este frío
sangre azul

Liliana Ancalao

*

Versión en lengua mapuche:

pu zomo engu wütre

iñche kimun wütre feichi pichizomongen
guardapolvo mew
dumiñkuley
iñche ñi chaw ñi rambler clasic amulafuy
müley iñ namuntuael eskuela mew
katrütuantüiñ
chi pu wafün foro kataeyew iñ pichi ilo
iñchengefun kiñekeluku kutrafulu
pifuiñ müna wütre
ta iñ leliael chi puzüngu ñi kuyuan
iñ kompañküleael

chi pu ñuke kom
wütreleyngun
iñche ñi ñuke pichizomongey
cushamen mew miawi alpargata mew piren mew
kintumapulu pu kapura
iñche konümpanien ñi ñuke
ñi chokonkenamun
ka kiñe weshazuam kapura
tufey engün pofo ñamlu
ka müley ñi kintuchenorume

ñi ñuke eñumngeeiñ mew
feyngey kiñe konkülen
müley ñi eñumngeael pichikeche
ruku furi namun pilun
feypi ka tremingün ñi pu changkiñ ñi pu tapül
newenmaeyew engün pichikeche pukem mew
ka kiñeke mew tripapayantü ka feyengün takuleingün
tremtremyelu am pu lipang
müley iñ wellimael tüfey pichikechangkiñ
ñochizüngun mew

welu chi wütre rumel ngelay
iñche kim
tüfey pun epulef lof mew
umerküleiñ wallrupa mew iñ piwke lifmapu mew
eufemia ürkütufuy kamarikunpurun mew
ka chi pun reyimi ñi pichikal chi kachu mew

wünngefuy
eufemia nepey
chi trangliñ chi kal mew
ka chi wütre tüfey rupa wünniefuy
ka newenayefuy engu inchiñ
füchaley tüfa wütre
pieiñ mew

chi pu zomo kimuiñ alüantü
iñ nieael kiñe antü mongen mew
amulelu chillkalelu kiñe kutral rüpü
waria mew
welu zuamnielaiñ
kimlan chem mew llamngkum tüfachi
tüfey rupanantu iñche zuamngefun
pu karukal media
rüpüwaria katrütulu

chi pu waria mew
wütre yifküeiñ mew chi pu lüli
katay fozkapel mew
yom trürngey
femnechi miawfun
ka chi pun mew
mulefuy kiñe wentru iñche ñi kawitu
ka kiñe pichiwechengey ka kiñe konangey
iñche küpa neyülafun newen mew

niey kümeketakuwkug
tüfa wentru
fey mew chem mew iñche amun
pelu ñi kintuael iñche
ñi aftükuenew
kulafawlul pu ishümreforo
iñche ñi ange mew

chumngechi ükümaukün ngean
pelalu am iñche

tremokünuwlu

yom müley
uyülen
tüfa wütre mew
kallfümollfüñ wütre

Liliana Ancalao

***

Las tejedoras

Las conozco, las horribles, las tejedoras envueltas en pelusas,

en colores que crecen de las manos del hilo

al cuajo tembloroso moviéndose en la red de dedos ávidos.

Hijas de la siesta, pálidas babosas escondidas del sol,

en cada patio con tinajas crece su veneno y su paciencia,

en las terrazas al anochecer, en las veredas de los barrios,

en el espacio sucio de bocinas y lamentos de la radio,

en cada hueco donde el tiempo sea un pulóver.

Teje, mujer verde, mujer húmeda, teje, teje,

amontona materias putrescibles sobre tu falda de donde brotaron tus hijos,

esa lenta manera de vida, ese aceite de oficinas y universidades,

esa pasión de domingo a la tarde en las tribunas.

Sé que tejen de noche, a horas secretas, se levantan del sueño

y tejen en silencio, en la tiniebla; he parado en hoteles

donde cada pieza a oscuras era una tejedora, una manga

gris o blanca saliendo debajo de la puerta; y tejen en los bancos,

detrás de los cristales empañados, en las letrinas tejen, y

en los fríos lechos matrimoniales tejen de espaldas al ronquido.

Tejen olvido, estupidez y lágrimas,

tejen, de día y noche tejen la ropa interna, tejen la bolsa donde se ahoga el corazón,

tejen campanas rojas y mitones violeta para envolvernos las rodillas,

y nuestra voz es el ovillo para su tejido, araña amor, y este cansancio

nos cubre, arropa el alma con punto cruz punto cadena Santa Clara,

la muerte es un tejido sin color y nos lo estás tejiendo.

¡Ahí vienen, vienen! Monstruos de nombre blando, tejedoras,

hacendosas mujeres de los hogares nacionales, oficinistas, rubias,

mantenidas, pálidas novicias. Los marineros tejen,

las enfermas envueltas en biombos tejen para el insomnio,

del rascacielo bajan flecos enormes de tejidos, la ciudad

está envuelta en lanas como vómitos verdes y violeta.

Ya están aquí, ya se levantan sin hablar,

solamente las manos donde las agujas brillantes van y vienen,

y tienen manos en la cara, en cada seno tienen manos, son

ciempiés son cienmanos tejiendo en un silencio insoportable de tangos y discursos.

Julio Cortázar

***

Despertar

De las profundidades de mis aguas te voy a rescatar

Mi niña interior, mi ancestra y par,

Tanto intentaste expresar,

Y yo sin tiempo para escuchar,

Voy a sacarte a flote y no solo vas a flotar,

Sino que vas a volar y te convertirás en el mar

Y en el cielo,

En el aire y en el fuego,

Y en la tierra,

Y así, con esa consciencia, me mostrarás el camino

Y así, con ese amor, encontraremos el lugar….

*

Hijo espejo

Mi pequeño gran maestro

Cuando te veo entiendo

Mis dolores, mis anhelos

Mi cable a tierra

Mi cable al cielo

Me enseñas con tu ejemplo

Esa liviandad con la que pasas de un estado a otro

Esa inocencia que hace que nada te lo tomes personal ni tan en serio

Esa capacidad de reconocer y elegir siempre lo genuino

Ese amor por los rituales de la vida

Ese sabor de la rutina

Todos los días la alegría

Gracias por recordarme a cada instante

eso que busco en esta vida.

Aldana Gomez

***

Remembranza

En las tardes fresquitas del otoño,

yo me siento con esa fantasía,

que me trae recuerdos familiares

de la mano de mi infancia  perdida.

Me llegan sensaciones olvidadas.

que acuden, repletas de energía.

Estoy viendo la figura de mis padres,

la mesa, los adornos, la comida,

sobre el verde mantel con muñequitos,

el perfume del jazmín que difundía

los sueños de esos años luminosos

y ese aroma hogareño que envolvía,

las peleas, los acuerdos y las risas

de ese tiempo lejano de otro tiempo…

¡Cuán sencilla la vida parecía,

cuando solo los grandes opinaban,

al calor del brasero en la cocina!

Extraño la picada del domingo,

los primos, los abuelos y las tías

y acaso, sus ideas empolvadas,

que hacían florecer mis rebeldías.

¡En las tardes fresquitas del otoño

vuelve a mí, esa eterna fantasía…!

Susana A. Orden

*

Ella

Cuando mi alma se muere de tristeza

y el vacío se adueña de mi vida,

una voz va llegando, poco a poco

y me habla, con dulzura repentina.

Es murmullo que aleja los temores,

suave  manto que cura las heridas.

Voy sintiendo una calma misteriosa,

que  combate el dolor y la fatiga.

Ya no debo esconderme, entre las sombras,

ni pensar que ella es pura fantasía…

Su llegada se viste de tibieza;

mueve en mí, una fuerza adormecida

que me salva del pozo más profundo.

Siento entonces, que nada me lastima…

Si acaso, su coraje me acompaña,

busco el verso que llevo en la mochila…

En este mundo pequeño y miserable,

¡la esperanza me dice que estoy viva!

Susana A. Orden

***

La luna con gatillo

Es preciso que nos entendamos.

Yo hablo de algo seguro y de algo posible.

Seguro es que todos coman

y vivan dignamente

y es posible saber algún día

muchas cosas que hoy ignoramos.

Entonces, es necesario que esto cambie.

 

El carpintero ha hecho esta mesa

verdaderamente perfecta

donde se inclina la niña dorada

y el celeste padre rezonga.

Un ebanista, un albañil,

un herrero, un zapatero,

también saben lo suyo.

 

El minero baja a la mina,

al fondo de la estrella muerta.

El campesino siembra y siega

la estrella ya resucitada.

Todo sería maravilloso

si cada cual viviera dignamente.

 

Un poema no es una mesa,

ni un pan,

ni un muro,

ni una silla,

ni una bota.

 

Con una mesa,

con un pan,

con un muro,

con una silla,

con una bota,

no se puede cambiar el mundo.

 

Con una carabina,

con un libro,

eso es posible.

 

¿Comprendéis por qué

el poeta y el soldado

pueden ser una misma cosa?

 

He marchado detrás de los obreros lúcidos

y no me arrepiento.

Ellos saben lo que quieren

y yo quiero lo que ellos quieren:

la libertad, bien entendida.

 

El poeta es siempre poeta

pero es bueno que al fin comprenda

de una manera alegre y terrible

cuánto mejor sería para todos

que esto cambiara.

 

Yo los seguí

y ellos me siguieron.

¡Ahí está la cosa!

 

Cuando haya que lanzar la pólvora

el hombre lanzará la pólvora.

Cuando haya que lanzar el libro

el hombre lanzará el libro.

De la unión de la pólvora y el libro

puede brotar la rosa más pura.

 

Digo al pequeño cura

y al ateo de rebotica

y al ensayista,

al neutral,

al solemne

y al frívolo,

al notario y a la corista,

al buen enterrador,

al silencioso vecino del tercero,

a mi amiga que toca el acordeón:

—Mirad la mosca aplastada

bajo la campana de vidrio.

 

No quiero ser la mosca aplastada.

Tampoco tengo nada que ver con el mono.

No quiero ser abeja.

No quiero ser únicamente cigarra.

Tampoco tengo nada que ver con el mono.

Yo soy un hombre o quiero ser un verdadero hombre

y no quiero ser, jamás,

una mosca aplastada bajo la campana de vidrio.

 

Ni colmena, ni hormiguero,

no comparéis a los hombres

nada más que con los hombres.

 

Dadle al hombre todo lo que necesite.

Las pesas para pesar,

las medidas para medir,

el pan ganado altivamente,

la flor del aire,

el dolor auténtico,

la alegría sin una mancha.

 

Tengo derecho al vino,

al aceite, al Museo,

a la Enciclopedia Británica,

a un lugar en el ómnibus,

a un parque abandonado,

a un muelle,

a una azucena,

a salir,

a quedarme,

a bailar sobre la piel

del Último Hombre Antiguo,

con mi esqueleto nuevo,

cubierto con piel nueva

de hombre flamante.

 

No puedo cruzarme de brazos

e interrogar ahora al vacío.

Me rodean la indignidad

y el desprecio;

me amenazan la cárcel y el hambre.

¡No me dejaré sobornar!

 

No. No se puede ser libre enteramente

ni estrictamente digno ahora

cuando el chacal está a la puerta

esperando

que nuestra carne caiga, podrida.

 

Subiré al cielo,

le pondré gatillo a la luna

y desde arriba fusilaré al mundo,

suavemente,

para que esto cambie de una vez.

Raúl González Tuñón

***

La embriaguez

En el litoral de la sangre

Exhibe un cálculo sin lluvias

Y engendra

La pena

En la sombra dócil

Al sonar el cuerno en cuartos vacíos.

 

El agua celebra

La peregrinación incorruptible,

 

Sometimiento

Al vasto río de lucidez

Si tenemos en cuenta

Las alas del rostro

Como un dulce cordón desnudo

Entre los dientes.

 

Estaba vibrando

Con el vendedor de pliegues

Y con su padre

Que grita en cada esquina

Rodeado de jugo mental…

El disipador de hongos

Mata la carne de dios: no hay cenizas

En el agua.

 

Los muertos extraen de sus ojos

El agasajo animal

Que trepa por los filamentos.

 

Las bacterias cantan:   rápido y meticuloso diálogo de la atmósfera

Con el ácido tríptico

Aun cuando el alimento

Sea una tela

Oriunda de Oaxaca.

 

El agua de la fermentación

Olvida el umbral de los Proverbios.

 

La antorcha de la creación

Tuerce la palabra

Al sexo nupcial

Llenándolo de agua

Hasta dejarlo

En el delirio de la boca.

Jorge Castañeda

***

Cosmos plexo lunar

contrasta

al vestido deshabitado

inconcluso

goteo con percusión

en el más sensible

la mujer encinta

se tocó

detrás de la pantorrilla

del otro lado

él susurra

enigmas olvidados antes de nacer

cuasi domador de nexos

la marca tomó forma

al amamantar

(el vestido no era

lo trascendente).

Néstor Cheb Terrab

***

Retorno al pueblo

Entre el rumor del aire, en los olores a leña y a humedad guardada, en los ruidos de las pisadas sobre calles con ripio… el suave lujo de una infancia recuperada. Vine a encontrarme con los ecos evanescentes, y también en una vuelta de paseo con nombres, fotografías y fechas de mucha gente que trajinó este pueblo y ahora está instalada para siempre en el cementerio.

Aquí los primeros olores de la vida, la bulla de las fiestas, el ámbito de la iglesia, el garabato de los árboles en el cielo, las nubes que pasan como pasa la vida.

Aquí la mirada con amor, el miedo de una masculinidad incipiente, el respetable enigma de cuchillos, pistolas y fusiles, la conversación con los caballos, con los perros, la escapada de la siesta, la soledad ante cosas absolutas, los primeros partidos de fútbol, el destino sexuado hasta el delirio y siempre la tentación de llegar allí.

Aquí el tambor de la sangre en los oídos, las guitarras y un bandoneón pequeñito, las ganas de no ser nadie y mudarme lejos, las fábulas de un animal indescriptible que desde un pozo llamaba a la gente y atraía peligrosamente con su respiración, los primeros abusos espirituales y la oración al numen de los árboles.

Aquí el cielo, las piedras y el dios desconocido, el sentimiento de que no demasiado lejos había ciudades populosas que podían multiplicar decenas de veces el pueblo, la poesía de Lugones, la miel, el folklore. Los miedos provincianos que agregaban al de la muerte, otros miedos como al ridículo, a la soledad extrema, al embaucador de almas, a la muchedumbre hostil.

Aquí todo, en este pueblo tras los setecientos velos de la infancia.

Rafael Flores Montenegro

***

El gorrión

Entra sin llamar;

no camina, salta;

más que volar, se arroja.

¿Adónde? No entiendo

sus razones. Breves saltos

que no revelan una verdad;

más bien, la afirmación

de ser una verdad

él mismo.

 

Sólo el granizo

lo asusta: con lo divino

no entra en discusión.

Es la luz verde clara

la que presta el marco

donde cumple la proeza

de ser nadie

en un cielo de promesas

 

-“La belleza

no es de este mundo”,

podría decir, si hablara.

-“Yo me limito

al breve grano; lo demás,

es del viento

y de las alas abiertas”.

Pardo, seriado:

no es igual.

 

Su oscuro vellón

es otra muestra de Dios

sobre la Tierra,

un reflejo de la eternidad,

el vuelo fugaz

sobre materia deleznables,

sublimándose por contacto,

mutándose de rama en rama,

de fuego en ceniza.

 

Así lo vi yo,

dando saltos

como quién dice “gracias”,

acuerdo con el mundo,

conciliación.

No canta,

no se exilia,

no vuela de noche.

Vuela para llegar.

 

Rafael Felipe Oteriño  (De “Lengua Madre”, poemas (1990-1995). Grupo Editor Latinoamericano. Bs. As, 1995)

***

Ámbar

I

Ambar elige una hoja del piso en su segundo otoño;

la señala con su dedito y dice “hojjja”;

y el sonido de la palabra hoja

suena más real,

en los oídos del viento.

 

II

Ambar juega con mis párpados

como si fueran huellas de gorriones en la arena;

les hace hablar a mis ojos el idioma de la risa

le circunda sus lluvias

y así de digno,

aunque cargados los brazos

puedo caminar liviano

Con ella se suben al tobogán

varias generaciones de historias y piedras

canciones y desarraigos;

pero en el  instante de deslizarse,

luminosa me mira;

y en la redención de su sonrisa,

la dejan ser.

Damián Katz

***

MACBETH 1, 4

Lady Macbeth (a solas):

Eres Glamis y Cawdor, y serás

lo que te anuncian. Mas temo tu carácter.

Está muy empapado de la leche de bondad

para tomar los atajos.

 

(orig: full of the milk of human kindness: llenos de la leche de la bondad humana)

Lady Macbeth (a solas)

Venid a mis pechos de mujer

y cambiad mi leche en hiel, espíritus del crimen,

dondequiera que sirváis a la maldad

 

Lady Macbeth (a Macbeth)

Yo he dado el pecho y sé

lo dulce que es amar al niño que amamantas;

cuando estaba sonriéndome, habría podido

arrancarle el pezón de sus encías

y estrellarle los sesos si lo hubiese

jurado como tú has jurado esto.

(Trad. Ángel-Luis Pujante)

***

Bienvenidas las horas de tristeza

Que Dios me envía y con amor recibo

Ya que en la blanca página que escribo

Reclinan suavemente la cabeza.

Mi mano triste y hábil endereza

Hacia la luz el verso fugitivo

En que el negro recuerdo redivivo

Se va aclarando en música y belleza.

Por ellas va la diligente pluma

Dibujando la adelfa funeraria

Que al pie de rotos mármoles perfuma.

Y es obra de mi obra literaria

El que aparezca entre dorada bruma

La calle gris de mi tristeza diaria.

Conrado Nalé Roxlo

***

Ausencia

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Jorge Luis Borges

***

12 de agosto

Mes de la gente de fuego, agosto.

«Agosto…» dijo Luca.

Mes de leonas y leones.

12 de agosto, con sol candente reaccionando a frío viento soplón que necesita del sauce llorón para hacerse visible, concluye.

Y el mar ahí, el mar ahí, esperando, como Vladimir, como Estragón.

Agosto, más de 140 días de algo nuevo, donde la certeza es la única que quedó afuera del Pensamiento medio y parece que necesita paliativos. Ya está enferma.

Pero no el océano y su abdomen, hecho de los 4 elementos. No

Agosto, hasta acá, resumen

porque reúne la cantidad de meses que precedieron y que nos encontraron, a la mayoría, con aquello que no queríamos ver.

Será septiembre y más aprendizaje.

Leo Baldo

***

El mar. La mar.
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?

En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!

Rafael Alberti (fragmento de Marinero en tierra).
***
Comentarios de Graciela García
-Aníbal nos cuenta que estando en Punta del Diablo, Uruguay escribe «Cangrejo azul», (último poema  Rosas del desierto) «que entregan la vida pero no sueltan la presa» y «que son con las algas exquisitos buñuelos».
Nos habla de Wislawa Szymborska, poeta polaca, premio Nobel, militante del Partido Comunista, quien a los 34 años (aproximadamente en 1957) encontró su «verdadera voz» en la poesía (ya no en la dogmática del partido) más interesada en la búsqueda que en las respuestas, critica al stalinismo. De ella nos lee «Utopía» «isla donde no vive nadie porque hay tanta certeza!» «todas las huellas llevan al mar» «crece el árbol de la hipótesis correcta» «el manantial: ah! entonces era asi» «a la izquierda el lago de la convicción profunda»
-Hernán nos cuenta que en Polonia recuperó su apellido bien escrito y nos lee de Szymbroska el poema La mano «27 huesos, 35 músculos, 2000 células nerviosas en la punta de cada uno de los dedos es absolutamente suficiente para escribir Mein kampf o Winnie Pooh» Me encantó!
De Adam Zagajewski (de la generación posterior a la poeta) nos lee «Concha»: «no he conocido ciudades antiguas» «los tilos florecen igual que las novias» «hay saber en todas las cosas» y luego nos lee «Cambio»: «pensando en el enigma del poder y en las causas de la obediencia» «en el tiempo dulce de septiembre deseaba solo cambios en sus paseos»
-Aníbal retoma a Szymborska y nos trae la bella «Alabanza a la hermana». «bajo el techo de mi hermana me siento segura» «sus sopas son excelentes sin premeditación» «todas sus escrituras son postales de vacaciones» «cada año promete lo mismo, que cuando vuelva me contará todo, todo»
-Marcos, de La Historia natural » de Plinio, el viejo, nos lee un fragmento que no es un poema pero tiene alcance lírico. «por los  méritos hemos concedido a la tierra los atributos de la maternidad, la veneración que nos abraza en su regazo cuando todas las otras partes de la naturaleza nos abandonan» «es del hombre como el cielo es de Dios» «nos hace a nosotros mismos sagrados» «extiende nuestra memoria contra la brevedad del tiempo» «es la única que no se irrita contra el hombre» (?) (si me disculpan la digresión, escribí este signo de pregunta recordando las erupciones volcánicas, los terremotos, maremotos, tsunamis y coronavirus)
-Miguel lee fragmentos de Macbeth sobre la bondad y la maldad o la crueldad para el crimen: «estás demasiado lleno de la leche de la bondad humana» «que se detenga mi pasaje a cualquier remordimiento» «conviertan mi leche en hiel vosotros ministros asesinos» «ven noche espesa»
-Aníbal comenta «estamos aquí gracias a la leche materna»
-María Mercedes Ramírez, bienvenida! Nos iba a mostrar un poema que conjuga poesía y artes plásticas pero se cortó.
-Daniel lee un mensaje sobre el triunfo del almirante  irlandés Guillermo Brown contra Garibaldi en «Costa brava» de Héctor Pedro Blomberg (autor de La pulpera de Santa Lucía) de «Cantos navales argentinos». Blomberg era nieto de un marinero sueco que anduvo viajando por el mundo en barco y ya en Buenos Aires ganó un concurso en el que salió segunda Alfonsina Storni y Blomberg le cedió el primer lugar. «las naves rojas de la Federación» (las que combatieron en  la Vuelta de Obligado) sobre un «Paraná invadido y ensangrentado»
-Gaba lee sus «tankas», poema japonés, sobre las infancias «cuando Dante abre los ojos yo me confundo» «niños en jaulas» «mañana será dólar la noticia» «niños conurbanos, chiquitos míos» «menos que nunca les importa el otro» (al G20) «esperanza, apalabra de luz los sueños compartidos» Bellos!!
-Amalia lee a una poeta mapuche Liliana Anacalao, de Chubut (en Once poetas argentinos, que recomendó Damián)»Las mujeres y el frío» «que iba caminando a la escuela» «yo nací con un recuerdo de sus pies entumecidos» «mi mamá es como un adentro» «hay que abrigar a los chicos» «me da abismo este frío sangre azul»
-Alba lee Cortázar! sobre el tejido: «tejedoras hijas de la siesta, en cada tiempo donde el verde sea un pullover» «sé que tejen de noche» «nuestra voz es el hilo para su tejido» «muerte: tejido sin color, son cienpiés, son cien manos»
-Aldana, desde Cartagena de Indias, Colombia, lee su poema sobre su niña interior «Despertar»: «voy a sacarte a flote y no solo vas a flotar, vas a volar» «con amor encontraremos el lugar». Y escribió para su hijo «Hijo espejo»: «mi pequeño gran maestro, mi cable a tierra» «todos los días la alegría, gracias por recordarme a cada instante lo que busco en esta vida»
-Alicia, de Raúl Gonzalez Tuñón, a propósito de la irresponsable marcha del 17 de agosto, nos lee «La luna con gatillo»: «es preciso que nos entendamos» «todo sería maravilloso si cada cual viviera dignamente» «con una carabina, con un libro, eso es posible» (cambiar el mundo) «quiero ser un verdadero hombre»
-Damián, de Rafael Oteriño, de «Lengua madre» nos lee: el gorrión «que mas que volar se arroja» «es una verdad él mismo» «su oscuro bellón es otra muestra de Dios sobre la tierra» y a su hija Ámbar le dedica dos poemas: «elige una hoja del piso en su segundo otoño» «le hace hablar a mis ojos el idioma de la risa»
-Susana lee sus poemas «Remembranzas» «el perfume del jazmín que se difundía» (hermoso poema de infancia) y «Ella»: «su llegada me llena de tibieza» «la esperanza me dice que estoy viva»
-Rafael bienvenido! (desde Guadalajara, España) De «Aquello que pasa y queda» nos lee un poema «Retorno al pueblo» (en Córdoba) «el suave lujo de una infancia recuperada» «las nubes que pasan como pasa la vida» «la conversación con los caballos y los perros» «el tambor de la sangre en los oídos» «tras los setecientos velos de la infancia»
-Jorge comparte «Agua»: «no hay cenizas en el agua»
-Gustavo Zaldívar nos habla de la poesía como salvación (para la próxima)
-Gustavo Srael escribió en el mar de Gesell una poesía a sus hijos (inspirada, como otras, en «La boya») (a recuperar)
-Inés lee de Conrado Nalé Roxlo, «Bruma de oro» (dedicado a los poestas del grupo)
-Matías Kraber el lunes saca «Relatos de viaje» escrito durante 6 años por Latinoamérica y Europa, todos los lunes en 12 episodios, por Spotify. Agradece este espacio de «altruísmo y conciencia poética» Y tiene un documental «El pájaro sos vos» de La Plata a Cusco.
-Cristina dedica a los seres queridos el poema «Ausencia» de Jorge Luis Borges: «tardes que fueron nicho de tu imagen» «tu ausencia me rodea . . . como el mar al que se hunde»
-Daniél Pérez anticipa que la semana que viene va a leer un texto de una revista de viaje de la que participa la madre de Liliana Vitale.
-Néstor en «Antología de la paz» escribió algo a los chicos «en el interior de una caracol vacío caen las lágrimas de un refugiado»
-Aníbal  lee «12 de agosto» un poema de Leo Baldo (que está ausente) «el mar, el mar ahí esperando» «la certeza es la única que quedó afuera y necesita paliativos»  «será septiembre y mas aprendizaje»
-Por último, leo «El mar, La mar» de Rafael Alberti: «por qué me trajiste, padre, a la ciudad?» de «Marinero en tierra» (1924). Rafael añora el mar y le reprocha a su padre haberlo llevado de Cádiz a la gran ciudad de Madrid.

***
Hasta el sábado 22!!

  1. Susana Orden

    El encuentro me parecíó enriquecedor y muy movilizante. La poesia es nuestra forma de volar en los tiempos inciertos de pandemia.Muchas gracias por compartir y difundir la obra de los poetas.

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