Todo es abrumador menos el mar
que entrega sus entrañas, te desnuda
el habla transparente, te hace ola
entre las suyas, te hace espuma.
Abrumador el peso de los años, el delirio
del cosmos, con su frío y su rareza
y la distancia lenta de los astros
y los ojos de tu amada y del gato.
Y del perro que sueña un mundo nuevo
sin gentes en las calles ni muertos en vida
ni la triste pobreza de los ricos.
Los que se hundieron saben de qué hablo
y nos miran serenos desde el fondo
y dicen como Amparo que no siempre
las lágrimas son tristes.
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(Ricardo Roux expone en Central Newbery cuatro obras dedicadas a la tragedia que ocurrió en Mar del Plata en 1942, en la que se hundieron cinco lanchas y murieron 31 pescadores)
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