Obra poética I: Respiraciones y estrellas

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Respiraciones y estrellas (1981-1988) fue el primer poemario que publiqué. El libro completo está en: www.anibalzaldivar.com sección poesía, dentro de “El mar en todo”. A continuación publico los primeros 13 sobre un total de 34.

La foto es de aquella época, cuando vivíamos en Avenida 10 y Paseo 101, “Las Margaritas”, y lidiaba con la lectura de la metafísica de Aristóteles, entre otras. Y la vida iba por mucha intimidad familiar (hijos pequeños), cercanía a la naturaleza, y siempre el mar presente.

Un recorrido por mi obra poética es otro aporte para la cuarentena, por si queréis tomarlo. ¡Abrazo!

 

 

Inicial

 

Con el mismo racimo

y otra primavera.

 

Locura, ventanas, altura.

Saliendo, despierto al mar.

¿Qué vino dulce, amargo,

quemará mis labios esta vez?

 

Una delgada,

una íntima

lluvia de oro

está cayendo,

y siempre

sus hilos recorren mi cuerpo

de la cabeza a los pies,

y tejen,

tejen,

armando otra vez la vida.

 

*

 

Belleza

 

Más hermoso que Dios,

el niño duerme.

 

Cinco meses de vida fueron

un incesante amanecer,

todo claridad!

 

Y duerme,

más hermoso que Dios,

más hermoso que el rostro desconocido de Dios.

 

*

 

Móvil con gatos

 

Las formas crean la vida

señales a su alrededor

vibraciones que generan

un alma.

 

Mirándolos atentamente,

en el silencio,

 

*

 

Noche de Domingo

 

Agosto humedeció la luna

y su rocío o sus lágrimas hicieron flores

en el ciruelo

embelleciendo

la trágica o serena soledad de las calles.

 

Anochecía en las primeras corolas,

anochecía en las ventanas…

 

 

Sueño

 

El árbol duerme, respira,

sereno en su raíz.

 

Los días lo acunan, lo agitan,

lo afean

los inviernos

y al fin el sol lo sana.

 

Como nunca supo

qué hay detrás de aquel monte

se ha echado a dormir.

 

*

 

Riomar

A Juan.L. Ortiz

 

El mar es un espejo profundo, múltiple, oscuro.

El río, una vena que atraviesa la tierra.

Frente al mar, adolescente, soñé con mis mundos

y estuve solo,

con mis márgenes desdibujados por la niebla.

 

Dicen que acercando el oído a la piel del río

se escucha, en las noches, lejano,

latir un corazón.

 

*

 

Amanece

 

Dos párpados como dos planetas

sin órbita, cayendo.

 

Convocado a vivir,

el sol se suelta.

 

Estiramos los brazos y los dedos

sobre el horizonte.

 

*

 

 

Sucede

 

Si uno espera,

se asoma,

pregunta,

el colibrí aparece.

 

En un arbolito desgreñado,

con flores blancas,

lo oyes,

lo ves libar,

bailar,

 

*

 

Certeza

 

Hijo, tu vida es un misterio

y yo, que soy tu padre,

no sé quién soy, ni qué soy,

Pero en tu vida se duplico el enigma.

 

Tal vez seas la forma de una ola

de mar, tierra, sombra o luz,

y yo sea una ola apenas más antigua

y entre nosotros brille tan sólo

el fulgor de un accidente,

de una ley que nos iguala

y que no me da derechos,

mientras abunda un rocío constante que lleva tu nombre.

 

*

 

Nocturno

 

Hay frío y soledad y cielo

y silencio llovido por los grillos

y sombras temblorosas

y un planeta de estrellas.

 

Hay un calor sereno, hay un vino dormido

y ese olor triste que traía el mar

y un abismo de bocas

y ranas,

lejos,

 

*

 

Gorrión muerto entre flores

 

El gorrión se complació con la muerte

y la tierra lo amó como si fuera rocío.

 

Eran terribles sus alas secas como hojas

y su cabeza abierta capullo incendiado por la sangre.

 

La mañana se conmovió con mi muerte

él estaba en el ciego silencio y no sufría.

 

La tierra lo bebía con gozo, lentamente,

como a un fruto caído de cualquier árbol.

 

El dulce aroma de las fresias

brotaba también de su pecho.

 

*

 

Negación

 

Las hojas del ciruelo se empaparon de sangre

y la sangre se detuvo en un color morado

desatando una tragedia de flores rosadas.

 

¡Qué orden admirable de dramas y de dichas

cuando es sábado y un hombre y una mujer se besan

como pájaros entre espesas ramas y ascienden!

 

Está pleno setiembre, y en su estallido cálido,

se cubren de hojas moradas las mañanas

y no es tan fácil no tener destino.

 

*

 

Fábula

 

Por el amor de las enredaderas

los pinos estiran sus brazos

y los agobia la excesiva ternura

y la tibieza apasionada del amante.

 

La luna tropieza con las ramas grises

y mira tristemente

el condenado y heroico amor

de las criaturas de la tierra.

 

*

(libro completo en el sitio mencionado arriba)

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