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Vivo como en los viejos inviernos
reina la acacia de fibras torcidas
y aunque es el otoño ya se huele
un silencio largo que solo rompe el mar.
Iguales son las ramas y los huesos
nubes de humo sobre lentos hogares
médanos sembrados de pastos solitarios
y grandes casas yacen solitarias.
Vuelvo a ser el niño que flota
recostado bajo un frondoso pino
y mira entre las ramas las estrellas
el que vuela descalzo hacia la orilla.
…de «Rosas del desierto». Anticipo de la publicación que será para fines de noviembre, si las musas lo quieren…
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