Comparto este poema, de la segunda parte de La Belleza del Mundo (decidí cerrar la primera con el poema 56 y arrancar una segunda, que llevará seguramente a ninguna otra parte). Ahí va. Abrazos lejanos.
5
El malvón no habla de la inmortalidad
muestra sus pétalos encarnados
y el peso del rocío sobre los pétalos
hace rodar los cascos de los héroes.
A su lado hay otras flores enfrente
otro malvón rosado abre sus pétalos
crecen desalineados libres y la belleza
de la poesía del mundo carece de centro.
Como el paseo que hago con mis pies
de un lado al otro distraído
extraviado en los aromas y colores
de un sendero que lleva hacia ninguna parte.
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