Selección de poemas inéditos que quedaron sin poemario y sin libro.
Espejo
Una balada francesa
los barrotes de la cafetería
el talón de Aquiles
en la mujer que imagino desnuda.
Luminoso trajín del sol a medias
donde cada uno en su baldosa
hace los ritos que la belleza rompe,
pájaro rojo en el espacio blanco.
En el ya morir las cosas suben
alzan sus tonalidades
hacia extremos de no existir
de intensidad imaginaria.
Tal el espejo
de una mañana igual a tantas otras,
ni las viejas dulzuras vuelven
porque no tienen sentido:
tal la voz perdida
que ya es aire de hoy,
esta respiración
el agua de la calle.
(1991)
*
Altura
El turista llega y se despoja
subiendo la altura de la sierra
para otear el planeta y elevarse
hacia el viento azul de Dios.
La subida gradual de la aerosilla
contrasta con el sendero hacia la cruz:
individual, austero y peregrino
aunque los dos van al mismo sitio.
Es curioso observar cómo algunos eligen
caminar y cansarse y los otros sentarse
de dos en dos para ser elevados.
Hay un tercer grupo que aborrece la altura:
desde abajo comentan que la aerosilla es cara
y el sendero empinado y sinuoso.
¿Para qué fatigarse?
(1993)
*
Guiso
Rueda el raudo garbanzo
compacto cae hacia entrañas
latiendo inmóvil en su espesa harina
como un ojo duro.
Hacia futuros pétalos de aire
o hacia tangueras porciones de fainá
como un metal pesado
o una gota de piedra.
Lo siento llegar abriendo campo
con su batallón furioso
de caras pintadas
con sabores y aromas implacables.
Pero en la bruta trampa de la boca
sus formas de luna llena se lastiman
y gimen su martirio
hasta que el oro negro lava las heridas.
En algún sueño de mis ojos
tu fuego escondido de semillas
volverá glorioso y fuerte
a ocupar su espacio de amor en la tierra.
(1994)
*
Hormiga
La fortaleza de la hormiga
resiste toda niebla y augura
años felices para su territorio
alimentado, despojado y libre.
No es una cantidad oceánica
sino relación milagrosa
proporción de fuerza y equilibrio
de pie sobre el ancho planeta.
Esa luz que cae simultánea acaricia
las hojas y hace tibia esta casa
y desde lejos su remota vida recorre
el laberinto subterráneo donde vives.
Tu cama descansa verde
sobre las piedras de basalto
y el engranaje regular de tu memoria
escucha el sonido primordial del cielo.
Si mi pie cae y te destroza
algo de tu muerte quedará rodando
a contraluz de tu forma perdida,
triunfadora voraz de los jardines.
(1994)
*
Agenda
Cañaverales del despertar
agitan un dolor en frente y ojos
con el viento ulterior del sueño
como paisaje de fondo, desvanecido ahora.
Soy una taza de té
y una cucharita con resto de miel
soy la ventana abierta y la caricia del aire.
Cosas para hacer, cosas para arreglar,
en el espejo del paciente abedul
y una conciencia intranquila
que ve y observa el ser del tiempo.
Es domingo en el hocico oscuro de mi perro
rozo con ojos lentos su nariz esponjosa
calmo la ruidosa euforia de su cola
y derivo hacia la paz del gato.
¿Cómo entrar en ese paraíso ensimismado
donde no cabe un alfiler de zozobra
y el espacio es una amable cuna
donde flota feliz el felino?
Hay noticias, olores y tripas que crujen
en su diario trajín de triturarse
y hay certeza de fugacidad
y fragmentos de dichas y de luchas.
(1995)
(continuará)