UNA COPLA EN LA VOZ DE MIRIAM

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Va con el texto del poema…

 

V

(Respira entre relojes que se convierten en caracoles)

Yo no respiro al ritmo de los relojes de pared que me rodean
ni es igual el rumor del agua que escucho latir en la orilla del mar
ni el ulular de palomas que se reparten el cielo esta mañana fría
ni el silencio que alberga todo incluso los leves quejidos del hogar
qué orden prevalece entonces qué latido se impone o será nomás el caos
así vivimos tal vez o evidentemente así el perro ladra libre
y yo bostezo y salgo a caminar bajo los alternados crujidos
de las ramas es una nueva vieja vibración que tañe una cuerda
que había dejado de tocar hace un par de siglos ahora de nuevo
viene a cantar desde un lejano país qué loco che estaba él
justamente el Flaco hablando de la música y la voz nuestra
porque le pertenecimos durante unos años sus canciones
habitaban en nosotros articulaban con melodías y letras
muchos largos pasajes de nuestra edad entonces entre doce y
dieciocho fue la Muchacha y la Plegaria para un niño lo que
introdujo en nuestras venas ahora hablaba y respondía preguntas
del amplio auditorio yo estaba con él sin el bárbaro tic tac
al menos yo no lo escuchaba como a éste que reposa en la pared
de mi cuarto redondo sus agujas giran indicando la hora y los minutos
sólo el segundero está caído colapsado marca siempre las seis
a veces la rozan las otras dos y se balancea muy a su pesar
delgada firme como un brazo caído el desgano de ella
mientras las otras dos incesantes mantienen vivo el mecanismo
ese tan regular tan monótono el perro al menos se calla
largos momentos y duerme y come y caga el reloj permanece
imperturbable y el rumor del mar está lleno de matices
mi respiración es lo más curioso de todo este universo
la siento pocas veces me acompaña desde el primer llanto
el primer grito pero nunca casi nunca la escucho vivir
recorrerme hago una pausa y aspiro hondo me relajo
el más hermoso sonido es el de los pastos que crecen el de los astros
girando en un cielo limpio son esos ruidos que entran por los ojos
los labios las papilas gustativas así se matiza el mundo musical
yo bebí de esa fuente esta mañana un rocío que iba cayendo
innumerable parecido al cielo algarabía sin sonido caía
llovía derramándose con gracia en cada palma de la tierra
incluido yo y mis ojos ahí estaba parado en medio de la luz
que arrancaba del este y atravesaba los poros flotantes del aire
una música lenta como el andar de los escarabajos en la arena
nuestro oído no puede escuchar esos pasos pero los adivino dejan
una huella lineal zigzagueante que a veces vacila o sube
torpemente atraviesa largos o mínimos obstáculos seres tan leves
que habitan los grandes médanos vivos entre ciudades
masas de arena que imponen su pulso junto al fluido viento
yo he respirado años enteros esa arena infinita cuántos
granos no es posible contar las unidades que forman
esas olas de piedra blanda sólo cabe respirarlas llevarlas
dentro de uno la respiración así es una ardiente lava que
sube y baja una pausada y bella ondulación que hace bailar
a los órganos del cuerpo un tic tac interno que no se detiene
hasta morir tal vez tenga en su seno una pila energía que dura
hasta que Átropos corta el hilo la cantidad ya prevista al nacer
esta mañana no había tiempo medido sino un generoso manto
que bajaba quien sabe si del cielo nomás es un decir allí
estaba como casi todos los días de la vida cuánto cuánto cuánto
no es posible medirlo sólo cabe absorberlo y si uno viene de
un sueño íntimo un diálogo con el Flaco imposible posible ese
don entra por las narinas y no sabe usted cuánto refresca y hace
extenso el despertar
el ritmo del agua los relojes mi respiración las tripas
se pusieron en marcha empiezo a girar lenta frescamente
mis pelos agujas mis pies pastos mis ojos escarabajos mi sangre rumor
de orilla qué arrogante qué orgullo la fanfarronada del vivir
enfrentar otra vez las calles el organismo de la ciudad los bares
los espacios del trabajo y el ocio los saludos los rostros conocidos
y los anónimos todos más o menos en la misma jaula el mismo
gigante relojito andamos compartimos la luz el sueño
el devenir sístole diástole y nos multiplicamos aquí y allá
entre idiotas que yiran y otros que cesan su yirar el mejor
compás es el que rige el crecimiento de los pastos los pétalos
de unas pequeñas flores silvestres sucede todo sin que lo veamos
como la respiración que está allí sin detenerse y no sabemos
cómo nos llegó ese milagro un buen día nos dieron cuerda
y aquí estamos para mí este animal redondo está completamente loco
yo no puedo girar así tan regularmente acaso sea más perro
más oleaje me deslizo vuelvo retomo fuerzas caigo y
me disperso en una infinita grieta rozo piedritas almejas
o el simple y compacto vacío oscuro de la arena profunda
por allí absorbiendo frescamente vuelvo a subir como agua
siempre expulsando me asomo todo junto y llego otra vez
a la orilla y vuelvo a sumergirme en la aspereza húmeda y veo
en cada uno de estos pasajes cómo se ahogan estas bestias sin alma
a mi alrededor ahí están muertos en la playa caracoles inmóviles.

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