Coplas de orilla en Adrogué

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El querido amigo Daniel Pérez entregó un ejemplar de Coplas de orilla a las Directora de la Biblioteca Popular y municipal Esteban Adrogué, -Graciela Vega, durante los festejos de los 100 años de vida de la Institución. Un gran honor, felicitaciones a todos!

 

Y bueno, vamos a recordar una copla, para que no sea tan sencillo el anuncio, jajaja. Como ya lo expliqué, el título del libro es irónico porque estas coplas no son las tradicionales de versos octosílabos, sino de versos largos e inclasificables. Salieron así, y algunos amigos escritores -especialmente Guille Saccomanno- insistió en que titulara «Cantos de orilla». Tiene razón, pero pensé en los cantos de Homero, Dante, Whitman, Ezra Pound y la verdad es que me pareció mejor el título coplas… Ahí va una de las coplitas que me gusta mucho. Abrazos!!!

 

COPLA XIV

 

(Teme desintegrarse y morir. Recuerda los ruegos de infancia)

 

Vi cómo se desintegraba mi padre en una secuencia de cigarrillos Jockey y nada

por eso no pude ver esta mañana cerca del mediodía la cosa completa fragmentos

que duelen eso veo por fuerza hago un intento por ver el plano general la visión panorámica pero quedo enredado en las palpitaciones de la muerte o mejor

las amenazas todo corre peligro inminentemente ay será desde ese primer

nacimiento que cada momento vacila como el pichón de paloma tiembla en el pasto

pues pues cayó del nido antes de tiempo lo miraba justo abajo del liquidámbar

no quise perturbarlo tal vez me vi a mí mismo será doliente dudando quién

dijo que esta poesía es hermética en tal caso tiene palomas inclusive y

una mano dicta y un corazón escribe miren estoy diciendo a grito pelado

que se me caen encima los miedos indecibles y una construcción cualquiera

se me viene abajo de buenas a primeras por eso tantas veces corro al mar

a quedarme mudo en la orilla allí me alivio absolutamente algunos

en arrogante gesto filosófico se cortan las venas yo simplemente

tomo un barco y la mayoría casi siempre pura imaginación

como el paquebote de Alvaro entrando a puerto y su aullido saliendo

no nos sostiene ya ese dios de la infancia entonces nuestros huesos carecen

del metal necesario para ser montaña árbol tronco florecido

así me como lentamente las manos muero cada día con él me digiero cada noche y

renazco en un milagro personal mariposa gris que se engendra en arco iris

oruga recuperada de la tierra va hacia el mundo luminosamente en voz en

canto en verso en besos suena muy increíble pero es tan verdadero tan

palpable ser dejar de ser correr entre las piedras detenerse volver a fluir verde

transparente celeste como una forma de aire en el aire nube pez torbellino

entonces no andar ni una sola legua sin amor ya alzado de todo

de vuelta sin deshacerme como un terrón de azúcar al contacto del agua

bautismo de incertidumbre que perdura te daré el ultimátum déjame en paz

amor tirano déjame es mi última advertencia ya estuvieron muertos

todos desde hace muchos siglos cuando el viento mordía mis anzuelos y

nadie pronunciaba mi nombre tus gritos sordos ya no me amenazan

nada me perturbará allá en la muerte que ya ocurrió de ahora en más

queda esta vida que teje se teje en mí será siempre para adelante acaso

hay regreso auténtico mientras respiramos acaso no

somos más que una línea recta que se arruga una nube que va al sur

final de la vida un arroyo un río que terminará en el mar

aún debo inmolarme si yo solamente quería flotar sobre los pétalos

recostado en extensa leche y que hasta aquí vengas a buscarme

con tu sonrisa pido mucho mucho mucho o poco poco poco no más que

el grillo bajo una hoja de pasto alimentándose de barro y humedad no dije

rocío ya no uso esa palabra quiero empezar de nuevo renacer una vez

más asomar de adentro de mi huevo cuántas veces me arrodillé ante Dios

temeroso de desintegrarme si Él no me sostenía o detenía su aliento de vida

dejaba de soplar en mi nariz rodillas gastadas de rezar sin pausa al

punto que ninguna otra palabra salía de mi boca solamente la del

perdón por haber nacido sosténme álzame abrázame las únicas plegarias

las de alabanza y elogio a su grandeza caminaba con las rodillas

gastadas hasta que una tarde bajo un árbol frente al agua celeste

me susurraron las olas levántate y anda en tus pies deja de caminar con

las rodillas me interné profundo caminé sobre las aguas y aquí

estoy velero solo que encontró por fin las islas del amor un

archipiélago sereno iluminado mis huesos procrearon aves tortugas

sobre mi pecho recostado entre mi pelo juegan pueblos enteros felices

la desesperación me recorre por las extremidades se derrama por la yema

de mis dedos en contacto con el fondo de arena donde descarga

la pesadumbre de todos los seres soy esa función vital en el orden

del cosmos las palabras vienen a mí después de recorrer los océanos llegan

desde todos los terribles continentes verdes negros azules y traen

su carga de desgracias de tristezas en cada casa de los hombres hay

un luto vivo una aguda punzante lágrima una prematura ensangrentada

soledad con esa materia reconstruí mi cuerpo reintegrado de nuevo al

ritmo la música del ser cómo es posible y sin embargo es real

que un grillo que yace bajo la delgada hoja de hierba de un jardín

pueda contener todas las vidas aquí estoy soy estoy brotando otra vez desde

las antiguas oraciones Jesús José y María os doy el corazón y el alma

buenas noches a todos adiós ángel de la guarda nomedesampares

entonces con una mano en el pecho pienso que la violencia no está en mí

pero sucede está en el corazón de otros como una desviación y puede ser

una energía que irrumpe para equilibrar el cosmos esas gigantescas

explosiones estelares en la vibración de un cuerpo un soplo terrestre me digo

que tal vez eso explique provisoriamente el enojo de los mansos expulsando a

los mercaderes del templo o rompiendo el sulky a patadas o arrancándose pelos

más allá de un individuo lo que está en pugna en un alma en una nebulosa lejana

íntima misterios esenciales yo no duermo de ese lado cabeza al norte esperando

la brisa que calme mansa apacigüe el oleaje y traiga oh si dios nos escucha corvinas

brótolas alguna milagrosa borriqueta es mi equilibrio y aún así a menudo no

duermo tranquilo pero no quiero recitar pedir a Dios que me lleve entre sus alas

pegado aunque sea a sus excrementos con tal de estar amparado prefiero

al Otro que me limpió y me tiró en la orilla no digo ni quiero recitar si para re

cobrar los recobrado perder soportar sufrir herido lo que está sepultado canta

sigue cantando entre las frescas lombrices tierra salada calamares peces abisales. 

(de Coplas de orilla, 2015)

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