Poemas de Emily Dickinson
(EEUU 1830-1886)
***
Envidio los mares
Envidio los mares, sobre los que navega,
envidio los rayos de ruedas
de carruajes, que los llevan,
envidio torcidas montañas
que lo contemplan en su viaje.
¡Qué fácil todos pueden ver
lo que es prohibido totalmente
como el cielo, para mí!
Envidio nidos de gorriones
que espían sus distantes albas
la pudiente mosca, sobre su vidrio,
las felices -felices hojas.
que junto a su ventana
tienen permiso en verano para jugar,
o los aros de Pizarro
que no pudo conseguir para mí.
envidio la luz -que lo despierta-
y campanas que valientes suenan
para decirle que es mediodía en tierras lejanas
yo misma sería melodía para él.
aún prohíbe -mi floración-
y anula -mi abeja-
no sea que el mediodía en la eterna noche
nos deje caer al Arcángel Gabriel -y a mí-.
*
I envy Seas, whereon He rides —
I envy Spokes of Wheels
Of Chariots, that Him convey —
I envy Crooked Hills
That gaze upon His journey —
How easy All can see
What is forbidden utterly
As Heaven — unto me!
I envy Nests of Sparrows —
That dot His distant Eaves —
The wealthy Fly, upon His Pane —
The happy — happy Leaves —
That just abroad His Window
Have Summer’s leave to play —
The Ear Rings of Pizarro
Could not obtain for me —
I envy Light — that wakes Him —
And Bells — that boldly ring
To tell Him it is Noon, abroad —
Myself — be Noon to Him —
Yet interdict — my Blossom —
And abrogate — my Bee —
Lest Noon in Everlasting Night —
Drop Gabriel — and Me —
(Traducción Silvina Ocampo)
***
Poema 335
No es que la Muerte nos duela tanto
Nos es que la muerte nos duela tanto
Nos duele más la Vida.
Pero el Morir es cosa distinta,
Una esencia tras la puerta escondida.
La rústica costumbre del pájaro
antes de que lleguen los fríos
es buscar un horizonte más tibio.
Nosotros somos las aves que se quedan.
Los que tiemblan rodean las puertas del granjero,
negocian su mezquina migaja,
hasta que la misericordiosa nieve
llega para llevar nuestras plumas a casa.
*
Poem 335
‘Tis not that Dying hurts us so
‘Tis not that Dying hurts us so —
‘Tis Living —hurts us more —
But Dying —is a different way —
A Kind behind the Door —
The Southern Custom — of the Bird —
That ere the Frosts are due —
Accepts a better Latitude —
We — are the Birds — that stay.
The Shiverers round Farmers’ doors —
For whose reluctant Crumb —
We stipulate — till pitying Snows
Persuade our Feathers Home.
(traducción de Daniel Martinez Rubio)
*
Poema 520
Me fui temprano, me llevé mi perro
Me fui temprano, me llevé a mi perro,
a visitar el mar.
Las sirenas del espigón
salían a mirar.
Las aves-fragatas desde arriba,
extendían manos de cáñamo,
creyéndome un ratón,
acá abajo entre la arena.
Pero no me moví hasta que la marea
llegó a mis pies y subió por ellos
a mi pollera, a mi cintura,
más allá de mi blusa, hasta mi cuello.
E hizo Él como si a devorarme fuera,
como a una gota de rocío
en una flor de diente-de-león.
Hui entonces con un escalofrío.
Él me siguió. Venía detrás, cerca.
Sentía su tacón plateado
rozar mi tobillo, y mis zapatos
de perlas rebalsados.
Los dos llegamos hasta el pueblo firme.
A nadie conocía. Se inclinó
ante mí con mirada poderosa,
y, saludando, el Mar se retiró.
*
Poem 520
I started early, took my dog
I started early, took my dog,
And visited the sea;
The mermaids in the basement
Came out to look at me,
And frigates in the upper floor
Extended hempen hands,
Presuming me to be a mouse
Aground, upon the sands.
But no man moved me till the tide
Went past my simple shoe,
And past my apron and my belt,
and past my bodice too,
And made as He would eat me up
As wholly as a dew
Upon a dandelion’s sleeve –
And then I started too.
And He –He followed close behind;
I felt His silver heel
Upon my ankle, –then my shoes
Would overflow with pearl.
Until we met the solid town,
No one He seemed to know;
And bowing with a mighty look
At me –the Sea withdrew.
(traducción de Daniel Martinez Rubio)
*
Poem 813
Este polvo tranquilo fue señores y damas
Este polvo tranquilo fue señores y damas
y muchachas y donceles;
Fue sonrisas y destrezas y suspiros,
y rizos y blusas leves;
Estos lugares fueron la ligera morada del verano,
donde abejas y flores se encontraron,
cumplieron su ritual de Oriente,
y luego, como ellas, cesaron.
*
Poem 813
This quiet Dust was Gentlemen and Ladies
This quiet Dust was Gentlemen and Ladies
And lads and girls;
Was laughter and ability and sighing,
And frocks and curls;
This passive place a summer’s nimble mansion,
Where bloom and bees
Fulfilled their oriental circuit,
Then ceased like these.
(traducción de Daniel Martinez Rubio)
*
Poema 1065
Abre tus puertas, Oh Muerte
Abre tus puertas, Oh Muerte,
entra el rebaño fatigado,
sus balidos cesaron de repetir
su vagabundear ha terminado.
Tuya es la noche más calma,
Tuya la casa más segura.
Demasiado cerca estás para buscarte,
Demasiado amable para contarte.
*
Poem 1065
Let down the Bars, Oh Death
Let down the Bars, Oh Death —
The tired Flocks come in
Whose bleating ceases to repeat
Whose wandering is done —
Thine is the stillest night
Thine the securest Fold
Too near Thou art for seeking Thee
Too tender, to be told.
(traducción de Daniel Martinez Rubio)
*
Acudió a la llamada
Acudió a la Llamada
Soltando los juguetes de su vida,
La noble tarea
De mujer y de esposa prefería.
Si en ese nuevo día echó de menos
Algo de anchura o miedo, o de la antigua
Esperanza; y si, al usarlo, el oro
Más leve se volvía,
Nadie lo dijo. Así el alga y la perla
Van creciendo en los mares
Pero dónde se ocultan en la hondura
Sólo ellos lo saben.
*
Morí por la belleza
Morí por la Belleza, pero apenas
En la tumba yacía,
A uno que murió por la Verdad dejaron
En la estancia contigua.
Me preguntó en voz baja la causa de mi muerte.
Por la Belleza –dije- he fallecido.
Y yo, por la Verdad: las dos son una;
Somos hermanos, dijo.
Así, a través de la pared hablamos,
Como unos allegados que se encuentran de noche,
Hasta que el musgo nos llegó a los labios
Y cubrió nuestros nombres.
*
Poema 1775
La tierra tiene sus llaves.
Y donde no hay melodía
Está la ignota península.
Su belleza es realidad.
Mas testigo de su tierra,
Y testigo de su mar,
El grillo es el más sublime
De los cantos para mí.
(Acompañado por el relato del mito de Titono y el grillo).
***
No se bailar en puntas de pie
No sé bailar en puntas de pie,
nadie me lo ha enseñado,
pero muy a menudo en mi mente
una alegría tal me posee
que si yo supiera ballet
se expresaría en piruetas
que harían palidecer a una compañía entera,
o enloquecer a una primera bailarina!
Y aunque no vista traje de gasa
ni use un rizo en el cabello,
ni salte para el público como los pájaros,
con una garra en el aire, –
ni lance mi figura en bolas de plumas
ni gire sobre ruedas de nieve
hasta desaparecer en sonido,
ya que me aclaman de pie-
ni nadie sepa que conozco el arte
que menciono aquí-
ni ningún cartel me anuncie,
está tan lleno como la ópera!
***
Hasta aquí los poemas de Emily Dickinson.
***
Solitaria
El ojo de Emily
observa más allá de su ventana,
adivinando el aleteo de las aves.
El zumbido de una abeja le trae placer
y calma.
Quieto el hogar,
su oído atento capta
cómo cae, finísimo, el rocío.
Y el olor es de rosas.
Las manos de Emily
conocen la tersura de los pétalos,
sus labios suelen
rozar la pulpa
de los tempranos pimpollos.
Besa, como rezando.
Dice, en su credo íntimo,
una oración pagana.
Va sola.
Sus pasos rechazan
el vuelo aventurero.
Se niegan al camino que invita
detrás de la cerca.
Elige, de su jardín, la hierba tierna,
el aire renovado
de su íntimo rincón.
Es su morada.
Su Lugar.
El sitio más amado.
Patricia Zaldivar
***
Visitamos a Emily…
SÓLO DOS
“se viaja mejor en el __poema
que en el más brioso y rápido corcel”_
E.Dickinson
Me persigue tu voz
melosa y esquiva
como un planeta de aguas
andando el cosmos
con sus velas desplegadas.
Llevo el timbre envolvente
de tu voz dentro de mí
dejando un rastro denso
un rumor, un desvarío
hasta una corriente de ardor
con celebración y júbilo
con brío desmedido.
Silvia Bottallo
**
Voces que susurran el mundo
Voces que susurran el mundo
pintan remolinos en el verso
abren las puertas del mar
pulsan la estatura del sueño.
Dedos que van y vienen
obedeciendo al instinto
como en una liturgia reservada
informan la piel, borran abismos
entre sus puros vientos
entre sus manos claras.
Luego el sol avanza, quema
enciende las figuras
lastima a fuego la carne
hace cenizas la secreta vida
y es cosa de pájaros
ese misterio de alas
ese arrebato
esa desmesura…
Silvia Bottallo
***
Maria Mandalas. María Orillera
Ahí llega María a traernos
alguna maravilla verdadera.
Puntual como el sol,
como las aves o la niebla,
María llega.
Su reguero de sueños
es un amante fugaz de la marea.
No se apura María: Es una mensajera que hace de la playa una palestra.
María Mandalas. María Orillera.
Cada tanto se detiene
para nutrirse de alboradas.
Es un eje que danza
y su coreografía es una flor,
un pez, un arabesco,
un corazón o un sendero.
Juegos de textura inesperada.
María llega y nos bautiza la playa,
las olas besarán después su magia, hasta tragársela.
Su arte es efímero, sí,
pero en él fracasa
toda voracidad superflua y obsoleta.
María trae una ética
con sus lápices de arena.
Su obra nos enseña
que nada es para siempre
y al mismo tiempo
que hay algo que no cesa:
El gesto espontáneo
y la memoria genuina de la belleza.
María Mandalas. María Orillera.
GraCiela Vergel
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“Tarde te amé»:
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera,
y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era,
me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que,
si no estuviesen en ti, no existirían.
Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo;
gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;
me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti
San Agustín (Confesiones)
***
Entréme donde no supe
Entréme donde no supe:
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde estaba,
pero, cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida, vía recta;
era cosa tan secreta,
que me quedé balbuciendo,
toda ciencia trascendiendo.
Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo.
toda ciencia trascendiendo.
El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece;
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece,
y Su ciencia tanto crece,
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Cuanto más alto se sube,
tanto menos se entendía,
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía:
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Este saber no sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer;
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber,
que no hay facultad ni ciencia
que la puedan emprender;
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
irá siempre trascendiendo.
Y, si lo queréis oír,
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia;
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.
San Juan de la Cruz
***
Epitafario
En memoria de Jacopus Blindmayer
cuyos fieles servicios a la Corona jamás
fueron recompensados.
Fue contratado para velar
al sur de Hidden Bay
el casco encallado del Tyrannus.
Y allí, en la costa, fundó su atalaya.
Treinta años transcurrieron.
Del Tyrannus apenas
asomaban restos de su casco.
Nada quedaba del buque insignia.
Más la corona había olvidado a Jacopus Blindmayer
que se negaba a abandonar su atalaya
pues debía, repetía,
alejar a los intrusos.
Murió una tarde sin viento
La bajante descubrió la osamenta del Tyrannus
en homenaje a su fiel custodio.
Aquí yace.
Dios lo cuide.
(Epitafio del cementerio de Portland. U.K. 1790- 1840)
Salvador Gargiulo
*
Comentario: La historia del vigía abandonado a su suerte es común a varios pueblos costeros de Gran Bretaña. La secuencia registra pocas variantes: un barco encallado en la playa, un cuidador que allí construye su hogar. Pasan diez, acaso veinte años. El barco se ha vuelto despojos, pero el vigía permanece incólumne en su puesto. Dedica cada mañana a inspeccionar, desde su atalaya, los restos del naufragio. Por fin muere, sin que esta metáfora postrera se digne a esclarecer un ápice de nuestro destino. Existen versiones populares que acentúan el patetismo del relato: el vigía comprende que el barco ya no existe y se ahorca en una de sus vigas. Una variante más piadosa señala que alguien consiente al vigía y encomia su denuedo y el porte del navío. Sin embargo, en ninguno de los dos casos el vigía concede una explicación.
***
Mi vida entera
Aquí otra vez, los labios memorables, único y semejante a vosotros.
He persistido en la aproximación de la dicha y en la intimidad de la pena.
He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he visto una mujer y dos o tres hombres.
He querido a una niña altiva y blanca y de una hispánica quietud.
He visto un arrabal infinito donde se cumple una insaciada inmortalidad de ponientes.
He paladeado numerosas palabras.
Creo profundamente que eso es todo y que ni veré ni ejecutaré cosas nuevas.
Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las de todos los hombres.
Jorge Luis Borges
***
Cantemos, cantemos…
Sobre el vapor de sangre,
sutil, sutilísimo,
Cantemos y esperemos.
Sobre el azoramiento pálido,
casi fúnebre,
de las orillas de los arroyos,
que se han quedado sin montes,
Sobre la muerte que han embebido
estas colinas,
estas llanuras,
estos montes,
Sobre la tristeza humilde,
profunda,
de estos campos,
a pesar de su gracia,
Con todas las criaturas
y las cosas;
con las criaturas
ligeramente aún agobiadas
—¿por qué sueño de sangre?—
Cantemos con los animales
—ay, los pájaros sin rama
cuando el aire es de pájaros,
celestemente ebrio!—
Cantemos con los animales
y las cosas;
con los animales misteriosos y claros
y las cosas misteriosas y claras;
y las aguas visibles y secretas,
que también esperan,
Cantemos la vida nueva
que espera
a estos hombres
y a estas mujeres silenciosas.
El día armonioso, armonioso,
surgido de húmedas
honduras maceradas
—¿de penas largas
o de humus desconocidos?—
bajo el cielo más ligero.
El día nuevo, palpitando
como un ala en las manos…
Juan L. Ortiz (El aire conmovido–1949)
***
Éxtasis
El silencio se despliega en mil palabras,
la noche descubre mis anhelos…
Las estrellas titilan inocentes,
y el tiempo se disuelve en río eterno.
El espacio inicia su aventura,
en memoria que nutre el pensamiento
y los versos van cayendo en mis heridas,
aliviando el dolor y el desaliento.
Una luna perfecta y amarilla,
va tendiendo caminos en el cielo.
y los seres del bosque me convocan
a un simposio de mágicos encuentros.
Susana A. Orden
**
Signos
En esa senda infinita que el tiempo
va sugiriendo en la elipse del cosmos,
fragmentos fugaces de estrellas se unen
y en el silencio, dibujan contornos
de esos planetas perdidos, sin nombre;
leves reflejos de sitios ignotos
y de seres que jamás tendrán forma,
ni serán de vida sensible, fiel soplo.
Fue en ese espacio, vacío y curvado…
Los hados grabaron signos del logos.
Desde la nada, gestaron un cuerpo,
le dieron memoria divina y un poco
de aquella intuición, tal vez reservada,
para adivinos, poetas y locos.
Era mi hora y sin consultarme,
por el supremo designio del todo,
me convocaron a ser alma humana,
fusión consciente de estrella y de lodo.
Susana A. Orden
***
Epitafio
Holy Trinity Church, una aplanada huesa.
Atribuyen a Shakespeare una inscripción corriente.
‘Maldito aquel que turbe este sepulcro’, reza.
No es lo mejor de Shakespeare. ¿Es esto irreverente?
Pero no era esta tumba, ni sus hijas ni yernos:
en un balcón más lejos, a dos metros de altura
donde quise haber visto dos personajes tiernos,
asomados, mirando la genial sepultura.
Con la torpe ignorancia del triste estereotipo
instalé en el balcón a Romeo y a Julieta:
craso error y ese error fue tan solo anticipo
de otra nueva torpeza, inocente y concreta.
Ejemplo: si es Romeo, que maldice a la aurora,
con Julieta, su amada, en el balcón, ¿qué espera?
Y por si fuera poco la angelical señora
sostiene en una mano la absurda calavera.
Ah, no, empecé a decirme: esto ya es demasiado:
¿contempla el pobre Yorik a Shakespeare, que está muerto?
¿Entre dos cráneos célebres un diálogo se ha dado?
¿Es este un epitafio con un final abierto?
Imposible: no es Yorik. ¿Y por qué, en todo caso
el cráneo del payaso en manos de Julieta?
¿Y qué haría Romeo con cara de fracaso
mientras con una mano la de la novia aprieta?
Me acordé de inmediato de Larkin, de la tumba
de Arundel y del duque y la duquesa. Pero estos
en posición supina viajan a la ultratumba:
ésos, mis balconeros van parados y enhiestos.
Viendo, pues, que hay más cosas que mi filosofía
nunca podría alcanzar, abracé mi ignorancia.
De pronto, en un rincón, descubrí al viejo guía
vestido no à la mode, no exento de elegancia.
“Nada que ver”, me dijo. “La difunta pareja:
Richard y Judith Combe, de esencia puritana.
Vea Ud.: ni ornamentos ni hechura muy compleja.
Judith fue arrebatada por la muerte temprana,
“¿sabe Ud? Celebraban un día de casados.
Richard Combe ha ordenado esta extraña estatuaria:
Ella sujeta un cráneo: los tiempos, abreviados;
luna de miel exigua; la boda, funeraria.
“Richard tiene en su mano la mano de su esposa
porque la amaba en serio. Duró lo que un suspiro.
Se hizo una estatua en vida. ¿Sabe Ud. de una cosa
Semejante en Uk?”
La charla daba un giro
trascendental. Silencio. Pensé: si a algún oficio
concurría Sir Richard vería su alter ego
en el balcón haciendo su ascético ejercicio.
¿Qué pensará la gente? me dije. Desde luego…
Pero el duro ejercicio superaba mi ingenio:
El vivo se vio muerto en el balcón, y ahora
¿cuál de los dos contempla la tumba de aquel genio
por el cual recordamos a Richard & señora?
Good friend, for Jesus’ sake forebeare
To digg the dust enclosed heare;
Bleste be the man that spares these stones,
And curst be he that moves my bones.
Miguel Montezanti
***
Los caminos no van
Los caminos no van
A ningún lado
Que todos terminan en nosotros.
La llama del crepúsculo
Nos funde en uno solo.
Hermoso es caminar
Soñar, cantar. Hermoso
Ser una gran ternura
Con un corazón próximo,
(con un dolor remoto).
La tarde se desnuda
Muestra sus hondos oros.
Encanta cada forma
Con su vino glorioso.
Ya no hay nada: -pasado
Futuro, sombras, gozos-,
Por fuera de nosotros.
La tarde desempolva
Su cálido tesoro.
Sus pámpanos de fuego
Zuman en nuestros ojos.
La tarde es nuestra. El mundo
Se hizo para nosotros.
José Hierro Real
***
El agua
(continuación)
Lejos de la realización
Del primer humanoide
Sembraban
La cremación del pensamiento,
Sembraban
La alucinación
Extraída
De un enano sosegado,
A lo lejos
La sequedad
Se posaba
En el cerebro matemático
Y entre los peces
Con olor a concha
Del mar de los Sargazos: la oración mutante
Volaba
A ras del agua.
Sobre la boca tatuada
Depositaban materias primas.
Los Onas exiliados
Beben de soles
Suavizando el metrónomo
Como un regalo abstracto.
La percepción negada
Y el agua
Escuchan la tormenta del cuerpo,
Decirlo así
Suena como un hierro letal,
No poseerla
Es como un crudo
Desierto sin Hebreos.
La tripa de un carnero
Es templada al sol,
Un contrabajo
Aturdido
Escapa al primer azote de un mirlo: agua subterránea
Sangre del cordero macizo.
Música antigua
Abandonada
A un escriba sin oído: la exclamación del humo
Se eleva
Hasta la transparencia
Febril del agua.
Jorge Castañeda
***
Psicoanálisis y poesía V
Como secuela del encuentro extraordinario del miércoles sobre psicoanálisis y poesía, cito nuevamente a Ricardo Piglia cuando refiere que la Literatura le debe al Psicoanálisis la estructura de la obra de Joyce, su modo de narrar, tomado de sus lecturas de Freud. Creo que Joyce le aporta al psicoanálisis una estructura, un modo de estabilizarse a través de una forma de escritura (“asociaciones inesperadas, juegos de palabras, condensaciones incomprensibles, evocaciones oníricas”) que se origina en una Psicosis no desencadenada y que Joyce mantenía a raya con su escritura. En su análisis con Jung, Joyce insistía que su hija Lucia escribía igual que él. Sin embargo, ella terminó Psicótica y murió internada en una clínica suiza en 1962. “Allí donde usted nada, su hija se ahoga” había sentenciado Jung.
Ya para esta reunión de hoy, el Sensei me motivó con un comentario sobre el Flaco Spinetta y su poética, sobre su manera de escribir, desoyendo a la academia, liberado de las reglas, usando sustantivos como adjetivos o adjetivos como verbos. Creo que la locura del Flaco nos dejó una obra extraordinaria y vasta con v corta. De su potencial psicosis no desencadenada o no , no tengo nada que decir, pero si quiero dejar en este espacio una de sus canciones, de una de sus más reconocidas obras, quizás y según establece más de un foro, la mas grande de la historia del Rock Nacional. De su disco Artaud, el tema “Por”: “Árbol, hoja, salto, luz, aproximación. Mueble. lana, gusto, pié. Te, mar, gas, mirada. Nube, loba, dedo, cal, gesticulador. Hijo, cama, menta, sien. Rey, fin, sol, amigo, cruz. Alga, dado, cielo, riel. Estalactita, mirador, corazón. Hombre, rayo, felpa, sed. Extremidad, insolación, parecer, clavo, coito. Dios, temor, mujer, por.”
Gustavo Zaldivar
***
Comentarios al Encuentro La poesía y el mar del 29-8-20
-Aníbal nos dice que ya «salió» el poema 84 de La belleza del mundo, pero aún no lo va a leer, sí un fragmento del Relato de viaje relacionado con la historia de Abderramán que plantó almendros, árbol que promete amores eternos, para que su esposa, cuando viera sus flores blancas, no extrañara la nieve de su ciudad natal. Se sabe, por excavaciones arqueológicas, que este jardín de almendros duró 70 años. Nos cuenta Aníbal que su almendro floreció ayer, aunque con flores rosadas.
Nos trae a Emily Dickinson (EEUU 1830-1886) que representa el reverso de su coetáneo Walt Whitman y que eligió vivir en el encierro y publicó sólo 8 poemas en vida. Pero ¡1775 poemas! encontró su hermana a su muerte, con orden de quemarlos (pero sólo quemó las cartas) Por la complejidad de su inglés y sus traducciones, Aníbal se los dejó a quienes saben inglés en el grupo.
-Hernán propone a Andrés Neuman y su «Patio de locos» para otro Especial de los miércoles. Lee a Dickinson de un libro prologado por Borges y traducido por Silvina Ocampo. Emily escribe a 100 kilómetros del mar (en Massachusetts). Nos lee el poema 498 (de esos 1775), donde se muestra que algo en ese encierro voluntario fue sufrido.
-Daniel y Gabriela leen 4 poemas cortitos (él en inglés y Gaba en castellano). Poema 335: «no es que la muerte nos duela tanto, nos duele más la vida» «nosotros somos las aves que se quedan»; 520: «me fui temprano, me llevé mi perro a mirar el mar» «no me moví hasta que la marea llegó a mis pies y subió por ellos» «saludando, el mar se retiró»; 813: «este polvo tranquilo fue señores y damas» «estos lugares fueron ligeras moradas del verano»; 1065: «abre tus puertas oh muerte» «tuya es la noche más calma»
-Aníbal nos recuerda una cita habitual en Borges «La muerte es la primera noche tranquila». Dice que entendió mejor el poema con la traducción de Daniel y que hay mucha presencia de la muerte en el poemario de Emily.
-Valeria también lee a Emily Dickinson: «morí por la belleza» «a uno que murió por la verdad dejaron en la instancia contigua» «somos hermanos» y otro: «»acudió a la llamada soltando los juguetes de su vida» «el alba y la piedra van creciendo en los mares». Comenta con Aníbal las complejidades de la traducción.
-Aníbal lee el último poema (1775) «la tierra tiene muchas claves» «la belleza es un hecho de la naturaleza» «el grillo es la suprema elegía para mí». Nos cuenta cómo Eos (diosa de la aurora) se enamora de Titono, que era muy bello, y le pide a Zeus que convierta a Titono en inmortal pero no le pide la juventud eterna. Titono envejece, se achica, se arruga eternamente y sólo le queda la voz=grillo. Quizás Emily se basó en este mito para decir lo que dijo en su último poema.
-Patricia Zaldívar nos cuenta que compartió con Silvia un taller de 5 mujeres por 10 años, donde leyeron mucho a Emily Dickinson. Nos trae de Paola Kaufmann «La hermana» sobre Lavinia, la hermana de Emiliy que descubrio los 1775 poemas. De allí lee un fragmento: «hace 10 años que no hago más que desempolvar papeles o quemar como me pediste» «a dos meses abrió su «secretaire» «solitaria» «el ojo de Emily observa más allá de su ventana» «las manos de Emily conservan la tersura de los pétalos» «va sola, sus pasos rechazan el vuelo aventurero»
-Hernán recomienda la película «Una serena pasión» de Terence Davies, otra forma de acercarse a Emily Dickinson. Gracias!
-Silvia lee un poema suyo «Sólo dos» (inspirada en versos de Emily Dickinson) «soy nadie, tú quién eres» «borran abismos entre sus puros vientos» «es cosa de pájaros» «tu sola proximidad estremece mis umbrales»
-Inés comenta que hay muchas versiones de Emily Dickinson porque tiene muchas palabras sugeridas. Lee una poesía en la que, según Inés, describe su felicidad interior en términos de ballet: «no sé bailar en puntas de pie» «si supiera dejaría muda a una primera bailarina» (muy conmovedor, extremo opuesto a su manera de ser) y dice que para la próxima nos traerá una poesía de Lord Tennyson sobre Titono y su vejez.
-Aníbal: otro de los temas recurrentes (además de la muerte) en Emily es el éxtasis (abeja, ballet), ese gozo interior, misterioso.
-Miguel (recién llegado a Madrid) habla de San Agustín, «Tarde te amé»: «así por defuera te buscaba» «tú estabas conmigo pero yo no estaba contigo» «brillaste y resplandeciste, curaste mi ceguera» «ahora siento hambre y sed de ti» «la paz de tí». Junto con Aníbal leen a San Juan de la Cruz: «entréme donde no supe» «de paz y de piedad era la ciencia perfecta» «se quedó mi sentido de todo sentir privado» «toda ciencia trascendiendo» «este sumo saber no hay facultad ni ciencia que lo puedan trascender»
-Marcos, hablando de árboles, de poesía y de Rilke, nos dice que Orfeo canta en un lugar descampado y su canto hace crecer un bosque. La obra de Virgilio (escrita en 12.000 hexámetros) habla de un pastor en el poema primero del libro de «Las bucólicas»: «nosotros abandonamos los dulces campos» «huimos de la patria»/ verso 2: «ensayas una melodía pastoril»/ verso 5: «enseñas al bosque a resonar el nombre de Amarilis» (la amante de Títiro). El amparo del árbol se describe dos veces en cinco versos, aúna la exterioridad y la interioridad del que canta en el ocio. Luego aparecen otros árboles, compara el ambiente campesino con la ciudad de Roma «que levantó tanto su cabeza sobre las demás, como entre los sensibles mimbres los cipreses» (árbol sin copa, como una lanza).
-Aníbal recuerda cómo conoció a Marcos como profe en la Universidad de Mar del Plata.
-Graciela habla de cómo muchas personas sufrieron la carencia del mar en cuarentena, como una mujer que fue presa por ir a la playa o una vecina nadadora que Seguridad sacó del mar. Cuando se pudo ir, una mujer dibujaba en la arena de la playa todos los días un mandala. Es María Lazarte, profe de Artes Plásticas geselina que diariamente regala su arte efímero. Graciela le dedicó un poema que hoy nos lee: «María Mandala, María orillera» «puntual como las aves María llega» «es una mensajera que hace de la playa una palestra» «llega y nos bautiza la playa» «trae una ética con sus lápices de arena» «nada es para siempre pero al mismo tiempo hay algo que no cesa»
-Alicia nos trae a Juan L. Ortiz, «Cantemos, cantemos»: «sobre el vapor de sangre, sutil, sutilísimo, cantemos» «sobre la tristeza . . . cantemos» «con todas las criaturas y las cosas . . . cantemos» «cuando el aire es de pájaros, celestemente ebrio, cantemos» «palpitando como un ala en las manos». Hermoso!
-Aníbal nos cuenta que J. L. Ortiz, como Emily Dickinson, decidió hacer una vida contemplativa pero fue militante contra las injusticias. Solo viajó a China, y de allí surgió un libro/ Alicia: para 1949 ya Juanele estaba instalado sobre el río y hacia allí había peregrinaciones. La reclusión para la creatividad le pasa a muchos artistas.
-Daniel Pérez de la revista de viajes (que se consigue en una librería de usados de la calle Estados Unidos en San Telmo-de la que luego nos pasará la dirección) nos lee otro epitafio al barco Tiranus y a su custodio Jacobo Blaimayer. Los vigías de naufragios son comunes en varios pueblos de Gran Bretaña./ Aníbal remite a los poetas chinos que el gobierno mandaba a las fronteras a vigilar, y luego se olvidaba de ellos. Alguien cita el caso de la película de Lucrecia Martel «Zama»
– Yo leo a Borges, a poco de cumplirse 121 años de su nacimiento, el 24 de agosto por eso declarado Día del lector. «Mi vida entera»: «creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las de todos los hombres»
-Marcos dice que el cuento de Ray Bradbury «En una estación de buen tiempo» (mandará link) de «Remedio para melancólicos», le hizo acordar a María Mandala que nos leyó Graciela y cuenta que un hombre ve a quien después sabe que es Picasso, dibujando en la arena.
-Tessy, actriz de La Boya, ¡bienvenida!
-Cristina nos trae a José Hierro del Real, español nacido en 1902: «las llamas del crepúsculo nos une en uno solo» «la tarde se desnuda» «pasado, futuro, sombras, gozo» «la tarde es nuestra, el mundo se hizo para nosotros»
-Miguel Montezanti lee un poema suyo «Epitafio» (es una reflexión sobre los epitafios) en donde hace alusión al Hamlet de Shakespeare («hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que puede alcanzar tu filosofía») y a Philip Larkin en «Una tumba en Arundel»: «entre dos cráneos célebres un diálogo se ha dado» «abracé mi ignorancia»
-Susana reflexiona qué ocurre con nosotros antes de nacer? sobre esto nos lee dos poemas suyos «Signos»: «fragmentos fugaces de estrellas se unen» «era mi hora . . . y me convocaron a ser alma humana» «fusión de estrellas y de lodo» y «Éxtasis»: «los versos van cayendo en mis heridas espantando el temor y el desaliento» Bravo!
-Jorge nos recuerda a Cortázar («a Cortázar y a Spinetta los siento mis amigos») de quien también se cumplió, el 26 de agosto, un nuevo aniversario de su nacimiento (el 106). Continúa leyendo su poema «Agua»: «tendrán los huesos alfombrados en su espalda» «la oración mutante volaba a ras del agua» «agua subterránea . . . música antigua, olvidada».
-Gustavo tiene pendiente el texto de Piglia sobre la locura en Joyce (según Gustavo, un psicótico estabilizado, no desencadenado, como será su hija) y su aporte al psicoanálisis. Jung dice «ahí donde Joyce nada su hija se ahoga». Gustavo cree que Spinetta es un loco creativo. Nos lee el tema de Spinetta «Por» (del disco «Artaud»). Gustavo dice que la poesía y el rock nacional es su tema /Jorge aporta que hay un libro de Eduardo Berti que se llama «Por» dónde, en casi 200 páginas! se analiza este bello tema/ yo me declaro fan de Spinetta y opino que para mí -como para mucha gente- «Artaud» es el mejor disco de rock de Argentina, lejos»/ Entonces, acordamos que próximamente habrá un Especial de miércoles de Spinetta!
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Nos vemos el sábado 5 de setiembre!
silvia bottallo
Como siempre, todo aporte personal o de autor conocido, imperdible!!!